Si
hablamos de atletismo a nivel popular, todo el mundo se pone a pensar
enseguida en dos tipos de pruebas: maratones y competiciones de
montaña. Desconozco el motivo por el cual ambas modalidades se han
puesto tan de moda, porque, desde luego, el hecho de que haya tanta
gente participando en ellas así nos lo demuestra. ¿Falta de
respeto? ¿Retos demasiado ambiciosos? O, como en alguna ocasión he
llegado a escuchar: ¿Falta de “cultura atlética”? Quizá, esta
última pregunta sea un tanto arisca, pero, desde luego, nos ayuda a
ver cómo está el patio en este deporte. Porque hemos llegado a unos
extremos en cuanto a temas de participación en cierto tipo de
competiciones que no es para nada lógico. Hablo de las pruebas de 42
kilómetros y de montaña porque se llevan la gran parte de inscritos
y estoy convencido de que es ahí donde más locuras podemos
observar, pero seguro que si nos vamos a medias maratones también
podremos observar situaciones de lo más peculiares. Por no hablar de
otro tipo de eventos, como ciertas marchas cicloturistas o pruebas de
triatlón. ¿Tenemos “cura” o esto esta plenamente perdido?
Si
hay algo que llevo observando mucho tiempo es que es muy, muy
complicado no hablar con alguien que esté preparando alguna
competición y te conteste: “Pues estoy con un 5000”, “ando a
ver si consigo bajar mi marca en 10.000”, “este año voy a probar
con el campo a través”. No. Lo más normal es que todo el mundo
hable, en asfalto, de medias maratones y, sobre todo, de maratones.
Si, sí, nada de medias tintas. Luego, por otro lado, nos encontramos
con aquellos que “tiran al monte” y optan por las (al menos para
mi) durísimas pruebas de montaña, últimamente denominadas “de
trail”, un término que, al igual que los famosos “raner” y
“raning”, me chirría bastante. Pruebas, unas u otras, que
requieren de muchísimo bagaje, de mucha “escuela”, para poder
participar en ellas, y no todo el mundo tiene esa formación física
para poder participar, al menos de momento.
Estamos
viviendo un momento en el cual parece que hay que correr maratones
porque sí, porque es lo que te hace ser un gran deportista dentro
del ámbito popular. Lo que te da el “carnet” de corredor. Pues
no. No es así. Todo necesita un proceso y, como suele ocurrir casi
siempre, no es corto precisamente. Se necesita machacar mucho las
distancias inferiores antes de dar el salto a las pruebas más
largas. Si nuestra vida deportiva comienza desde pequeñitos y
tenemos claras preferencias por el fondo, lo suyo sería empezar
alternando pruebas de campo a través en invierno con competiciones
en pista sobre distancias de medio fondo (“el corredor de maratón
se forma corriendo 1500” me dijo alguien en una ocasión) para,
poco a poco, ir aumentando la distancia y ver dónde nos encontramos
mejor. Algo semejante ocurre con los deportistas que comienzan en
edades más tardías. Comenzar por pruebas de cinco y diez kilómetros
y machacarlas mucho, muchísimo. ¿Que vemos que en este tipo de
pruebas, tanto con los unos como con los otros, vamos bien? Pues no
ocurre absolutamente nada por no dar el salto a los 21 o los 42
kilómetros. Seguimos con nuestras pruebas de 5000 o 10000 metros.
Incluso puede que descubramos que, por nuestras características,
somos unos buenos corredores de pruebas de 1500 o 3000 metros, y
plantearnos la posibilidad de competir en pista o en millas. ¿Por
qué no, si nuestro organismo nos ha dotado con más facilidad para
esas pruebas que para otras? Como digo, no vamos a dejar de ser menos
corredores por ello. Se trata de no querer ir rápido y de saber
jugar con nuestras capacidades.
Por
otro lado, nos encontramos con el campo a través, que si bien es
cierto que está bastante popularizado en el ámbito federado, es más
complicado encontrarnos un cross “puro” para los atletas
populares. Es cierto que muchas organizaciones de grandes pruebas de
este tipo están apostando por hacer, a la par de las federadas,
competiciones para los atletas populares. Y, la verdad, me parece una
muy buena manera de acercar el mundillo del campo a través a
aquellos deportistas que no están tan interesados en sacar una
licencia para competir. Nos encontramos con pruebas que rondan los
cinco o seis kilómetros de distancia, en las cuales pueden
participar todos aquellos atletas que lo deseen. El único requisito
es el de apuntarse. Pero, aun así, creo que el mundo del campo a
través no está lo suficientemente valorado por parte de muchos
atletas. Personalmente, he escuchado comentarios de todo tipo, pero
el más escuchado es el de “es que me mancho”. Claro, es que se
trata de correr por el campo. De no ser así, seguramente serían
competiciones por asfalto. Y no nos olvidemos de que, como muchas
veces nos decía Teo, “el cross vale para casi todo”.
Sí
me gustaría añadir algo en el tema de los crosses organizados
paralelamente a los federados. Como decía en el párrafo anterior,
suelen ser pruebas de unos cinco o seis kilómetros por norma
general, y creo que sería interesante poder organizar una prueba de
campo a través sobre la misma distancia que hagan los atletas
Promesa o Senior en sus carreras, que suelen rondar los diez
kilómetros. Creo que es uno de los alicientes que tienen este tipo
de pruebas, al menos para mi, esas distancias, bastante habituales en
las pruebas de fondo en asfalto, pero trasladadas al campo. Al final,
estos eventos son pruebas de fondo, donde muchos de los atletas van
buscando acumular kilómetros de cara a otras distancias, cuya época
fuerte suele ser más adelante. El hecho de, por ejemplo, hacer diez
kilómetros a vueltas de 2000 metros creo que tiene su “magia”, y
el poder trasladarlo al atleta popular creo que sería algo bastante
interesante. Y en cuanto a crosses “de verdad” fuera del ámbito
federado, la verdad es que nos encontramos con pocos, o al menos yo
tengo el conocimiento de pocas pruebas. El cross de Ávila para mi es
un claro ejemplo de cross popular y estaría bien que más
organizaciones tomaran este ejemplo.
Algo
semejante respecto a lo que comentaba en el párrafo anterior ocurre
con el tema de la pista. Nos encontramos con ciertas pruebas para
atletas federados, pero es realmente complicado que un popular pueda
participar. Creo que sería fantástico poder organizar competiciones
de varias distancias para los corredores que no estén federados, con
el objetivo de acercar la pista a todo el mundo y, así, saber
apreciarla. Es una parte fundamental en la formación de cualquier
atleta de fondo, y no siempre se valora lo suficiente. Y si todo el
mundo pudiera hacer algo en ella, quizá esa perspectiva cambiara.
Puedo entender que puede ser un poco “jaleo” juntar, por ejemplo,
en un 10.000 a corredores que sean capaces de hacerlo a ritmos de
3'20 (muchos atletas populares tienen nivel más que de sobra para
estar compitiendo a nivel federado) con atletas que vayan a hacerlo a
ritmos de 6'00 min/km, pues ésto no deja de ser un óvalo de 400
metros y enseguida empezarían a aparecer corredores doblados, lo que
sería incómodo para los participantes después de ciertas vueltas y
complicado de controlar de cara a los organizadores, pero imagino
que, como suele ocurrir siempre, para todo habrá una solución y
buscándola, seguramente aparezca alguna.
En
definitiva, y para cerrar el artículo, no nos obsesionemos con la
larga distancia y las carreras de montaña. El atletismo va mucho,
mucho más allá y no todo es centrarse en esas dos especialidades.
Antes debemos machacar mucho otro tipo de distancias y, sobre todo,
no tener prisa para llegar hasta ahí. Y si no llegamos a ser
maratonianos, tampoco nos va a pasar nada. Aprendamos a valorar el
cross, el 1500, la milla, el 5000, el 10.000… Y disfrutemos de
estas distancias.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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