lunes, 3 de octubre de 2016

Reflexionando sobre lesiones

"Correr forma parte de mi. Es mi naturaleza. Lo necesito para sentirme vivo". (Pedro Nimo del Oro). 

Tras estar otro montón de días sin escribir en el blog, me pongo hoy manos a la obra con una entrada en el blog. He ido dejando de lado lo de sentarme a juntar unas cuantas letras, y la verdad, me he propuesto que de hoy no paso. Me gustaría escribir sobre temas deportivos, centrados, cómo no, en el atletismo, aunque, si surge la oportunidad, también escribiré sobre ciclismo. ¿Temas? Pues, como siempre, me tocará improvisar, aunque me temo que uno de los principales será mi lesión, que desde hace un par de semanas me está dando la suficiente guerra como para no dejarme correr. Vamos a ver qué sale. 

Van ya un par de semanas desde que tuve que parar y dejar las zapatillas de lado por un dolor que apareció en el pie en el medio de un rodaje de 14 kilómetros. Cazurro que es uno, no le di importancia y seguí rodando con una molestia que fue aumentando. Con el paso del tiempo, la molestia pasó a ser dolor, y al parar, podía caminar a duras penas, con un dolor bastante intenso. En ese momento, lo primero se me pasó por la cabeza es que me iba a tocar parar durante unos cuantos días, porque esto no pintaba demasiado bien. Y no iba muy desencaminado, porque dos semanas después, aunque ya de vuelta a la actividad deportiva a través de la piscina y la bicicleta, aun no puedo calzarme las zapatillas y rodar unos cuantos kilómetros. Como buen adicto al machaque físico a través de gastar la suela de las zapatillas, estoy viendo todo esto bastante negro. Creo que en parte, esto viene, independientemente del tiempo que llevo sin poder correr, porque los que estamos metidos en este deporte solemos ser gente que, por un lado, estamos bastante enganchados y, por otro, creo que como a todos los deportistas, nos revienta no poder seguir entrenando en busca de lograr nuestros objetivos. Personalmente, lo de pasar de estar haciendo entre 80 y 90 kilómetros semanales a estar sentado durante tanto rato me ha servido para darle muchas vueltas a la cabeza e intentar ver el fallo. Aunque he intentado dejar de dar vueltas a este tema de la lesión, la verdad es que no he sido capaz, y en cuanto no tenía la cabeza ocupada con algo, me surgían las dudas de nuevo. Supongo que esto es algo muy habitual en los deportistas lesionados, más, como decía, si somos corredores, que tenemos el defecto de tender a estar pensando todo el día en nuestros entrenamientos y objetivos, pero, a pesar de ello, llega a ser desquiciante (y a la vez, llamativo), cómo un simple dolor nos puede provocar tantas vueltas en la cabeza.  

Por suerte, han ido pasando los días y el dolor ha vuelto a ser molestia. Esa molestia se ha quedado un poco estancada y aunque soy capaz de caminar sin apenas dolor y montar en bicicleta o nadar sin notar nada, me sigue dando guerra en cuanto tengo que hacer fuerza con la zona afectada o me pongo a correr. Por ahora, y tras estar hasta el viernes de la semana pasada parado (a excepción del miércoles, donde rodé 25 minutos que me sirvieron para darme cuenta de que mi pie no está aun para correr), me tengo que conformar con alternar bicicleta y natación. El sábado y el domingo estuve dando pedales, y aunque lo pasé bastante mal, logré hacer dos horas y media y tres horas, respectivamente, mientras que hoy opté por ir a nadar un rato. Debo reconocer que, deportivamente, ambos deportes no me disgustan para practicarlos, sobre todo la bici, porque, seamos sinceros, lo de estar metido en una línea de 25 o 50 metros es bastante más aburrido que correr un 10000 dando 25 vueltas a una pista de atletismo, lo que no quita que, a pesar de ello, nadar no me disguste, pero es cierto que, al final, siempre acabo echando de menos a las zapatillas. No engaño a nadie si digo que me lo paso mucho mejor haciendo una hora de carrera continua que tres dando pedales. No sé si porque cuando corro mi cuerpo produce más endorfinas que cuando pedaleo, o que simplemente, sin querer complicar tanto la cosa, me gusta más correr que montar en bici, pero el hecho es ese. Sí es cierto que en un día concreto, me cojo la bici y doy una vuelta con mis compañeros bicizamoranos, pues me lo paso bien y tal, pero es eso, un día aislado en un momento en el que me ha apetecido vestirme de ciclista y que mis compañeros me revienten durante unas horas, pero cuando me toca salir a dar pedales como "por obligación" (siempre me queda la opción de no hacer nada y tirarme en el sofá, pero esa opción no me acaba de gustar), como me pasa ahora o como me pasaba cuando paraba en verano, pues al tercer día estoy un poco cansado de ello y acabo echando mucho de menos a mis queridas zapatillas.  

Entonces, ¿qué hacer? Por ahora, como decía, nadando y en bicicleta no me molesta, aunque caminando aun tengo ratos donde sí noto no dolor, pero sí molestia, así que creo que aun es pronto para probar a correr. Por lo tanto, y aunque me gustaría que la situación fuera otra, me tendré que conformar con seguir dando pedales y brazadas. Como os podéis imaginar, no me hace mucha gracia no poder calzarme las zapatillas, pero estando lesionado y ante la opción de hacer otros dos deportes sin dolor, me tendré que decantar por estos otros. Por supuesto que quiero volver a correr, ése es mi objetivo, pero creo que esto es algo, ahora mismo, bastante lejano. Me encantaría calzarme ya mismo las zapatillas y dar guerra a orillas del Duero, pero sería, primero, rodar con dolor, y segundo, dar un paso hacia atrás y crearme una lesión posiblemente más grave. Y como no es plan de alargar más, me tengo que aguantar las ganas de correr, aunque, por lo menos, ya puedo practicar otros deportes.  

¿Qué pasa con los objetivos competitivos planteados para estos días e incluso estos meses? La verdad es que me ha tocado reprogramar todo. Había comenzado a hacer series con la idea de llegar algo suelto a los crosses en los que quería participar en el mes de diciembre, pero viendo cómo a qué altura estamos, voy a tener que cambiar eso. No sé para cuándo podré volver a correr, aunque espero que para entonces ya pueda estar gastando zapatillas, pero lo que tengo claro es que, después del todo el tiempo que me tocará estar sin correr, seguro que me toque empezar a entrenar de cero, a hacer lo que los ciclistas denominan "la base", por lo que creo que la temporada de cross la dejaré completamente de lado y si vuelvo con tiempo, me centraré más en pruebas de 10.000 metros, esa prueba de la que me he enamorado y que, por unas cosas u otras, no he preparado como es debido. Pero para todo esto, primero tengo que recuperarme del pie, y, la verdad, parece que va para largo. Pero, como dice mi amigo Angel, resurgiremos. 

Nos vemos... haciendo deporte, claro. 

No hay comentarios: