domingo, 17 de marzo de 2019

XXXV Media Maratón "Ciudad de Zamora"

Esta mañana se ha celebrado la XXXV Media Maratón y I 10K “Ciudad de Zamora”, con victoria para Alfonso Martínez y Andrea Roman en la prueba de 21097 metros, y para David Calleja y Nerea Felipe en la prueba de 10 kilómetros. Varios han sido los atletas que se han animado a participar en esta prueba clásica del calendario castellano-leonés dentro del mundillo de las medias maratones, cada uno con un objetivo distinto, desde salir a por una marca determinada hasta simplemente cumplir con el objetivo de llegar a meta. Aunque hizo más calor del que en un principio se creía y el viento fue el inscrito de última hora, podemos decir que Zamora tuvo una gran mañana de atletismo popular. En mi caso, debo reconocer que no tenía nada claro participar, hasta el punto de que hace un mes a todo el que me preguntaba le decía que no iba a tomar la salida. Luego, y hasta el kilómetro 17 de la carrera, mi idea fue salir a rodar y pararme sobre el kilómetro 16-17. Finalmente, acabé completando los 21097 metros de los que constaba esta media maratón. Lo de menos era el tiempo y el ritmo de la carrera, solamente quería llegar a meta y ver cómo me encontraba. ¿Contento? Vamos a ir por partes.
Los tres primeros clasificados de la Media Maratón
"Ciudad de Zamora". (Foto: www.noticiascyl.com)
La recogida de dorsales comenzaba ayer sábado, tanto por la mañana como por la tarde. En la Ciudad Deportiva de Zamora ya empezaba a “olerse” el ambiente a atletismo. Muchos de los participantes de esta prueba pasaban por allí a recoger su correspondiente dorsal y la bolsa de corredor, que, por cierto, me ha resultado bastante completa, algo de lo que muchas carreras podrían aprender. En la misma nos podíamos encontrar productos como garbanzos, Gazacao (un producto de Gaza que viene a ser una mezcla entre chocolate y el Cola-Cao “de toda la vida”), una botella de vino, una camiseta o gorra (según tocara en la bolsa), una cuña de queso… Vamos, lo que es una bolsa de corredor bien repleta y, como digo, algo de lo que muchas otras organizaciones podrían aprender. Ya de entrada, creo que con esto hemos amortizado gran parte del precio de la inscripción, que fue entre 12 y 15 euros, según en qué fechas se realizara la misma. Me gustaría aplaudir a la organización (Atletismo Zamora, el mismo durante todas sus ediciones) ha estado muy ágil a la hora de entregar los dorsales y las correspondientes bolsas.
En busca del primer kilómetro. (Foto: www.noticiascyl.com)
Con el dorsal recogido, solamente quedaba esperar a esta mañana. Como decía al principio del artículo, tenía bastantes dudas sobre si finalmente llegaría a la meta o me quedaría por el camino. A nivel de entrenamientos sí es cierto que he estado introduciendo en las últimas semanas sesiones con cierto volumen en cuanto a tiempo corriendo (estoy entrenando por tiempo, no por distancia), pero todo a unos ritmos no muy rápidos, lo que me ha llevado a que las sesiones más largas hayan estado entorno a los 15-16 kilómetros, a excepción del breve espacio de tiempo que estuve rodando por distancia, donde lo máximo fueron 17 en prácticamente hora y media. Mis dudas me asaltaban no por falta de fondo, sino por mido al rato que, según los cálculos que hacía, iba a tener que estar corriendo. Lo más que he llegado a hacer fue el pasado mes de octubre en Ávila, precisamente en su media, haciendo 1h34 con algún segundo. Calculaba que para esta media tardaría, tirando por lo bajo, 1h50, y posiblemente fueran cinco minutos más, y éso ya es mucho rato corriendo. Así, con dudas, estuve hasta que me planté esta mañana en la salida.
Podio absoluto.
En la Plaza Mayor de Zamora, quizá porque llegué demasiado pronto (como tres cuartos de hora antes), la verdad es que no se veía demasiado ambiente atlético, pero debo reconocer que no tardó tampoco demasiado en llegar. Parecía que la temperatura nos iba a acompañar, pero también el viento, que decidió inscribirse a última hora. Llegó el momento de quitarse el chándal, cambiar de zapatillas y esperar lo que faltaba hasta la salida. No tenía previsto calentar, porque mi idea era simplemente hacer una sesión de carrera continua, aunque finalmente algo sí que me tuve que mover, seguramente motivado porque me quité la ropa antes de tiempo. A la hora establecida se dio el pistoletazo de salida, primero a Iván y Vicente, los dos atletas participantes en silla de ruedas, y pocos minutos después, al resto de corredores. Decidí colocarme hacia la mitad de la carrera, y debo reconocer que fue un pequeño error. No suelo salir muy rápido el primer kilómetro (normalmente, en torno a 5'50-6'00 min/km), y hoy arranqué con esa intención. Claro, la mitad del grupo iba más rápido, lo que me llevó a que enseguida me empezara a pasar gente por todos los lados. Durante los primeros kilómetros siempre había grupos muy extensos para ir, pero debía controlarme un poco. Siempre que hay tantos deportistas lo normal es que siempre se acabe corriendo algo más rápido de lo que se debe, y en los últimos kilómetros viene el palo. Poco a poco iban pasando los kilómetros, y debo reconocer que iba experimentando sensaciones de todo tipo. Desde el principio tuve momentos de notarme muy bien, y otros donde la impresión era de ir algo cargado. Como el cuerpo manda, tocaba ir acoplando el ritmo para intentar no tener demasiados momentos donde me notara agarrotado, algo que no es sencillo cuando, como decía, ves tantos atletas a tu alrededor. Llegados al primer paso por el Puente de los Poetas, nos encontramos ya con los primeros clasificados, ellos saliendo del puente y nosotros entrando. Por entonces ya llevo un ritmo en torno a los 5'00 min/km (no recuerdo exactamente la cifra), algo que me sorprendió gratamente. Se acercaba el que para mi es uno de los momentos más duros de la carrera: la zona de San Frontis y Pinilla. La verdad es que, aparte de ser, posiblemente, la zona con más subidas y bajadas, siempre ha sido una parte del recorrido que me ha hecho especialmente larga. ¿Motivo? No lo sé. Imagino que a esas alturas de carrera, con 14, 15, 16 kilómetros, las fuerzas empiezan a ir algo justas. Este año, a diferencia de otros, se me hizo algo más llevadero en comparación a otras ediciones, pero, aun así, me costó. Por esta zona tocaba empezar a plantearse lo de parar. Ya me estaba acercando al tiempo que tenía pensado hacer rodando, así que decidí valorar. ¿Cómo voy? ¿Bien? ¿Mal? ¿Me llegan las fuerzas para completar los últimos cuatro o cinco kilómetros? Al final, opté por seguir e ir valorando kilómetro a kilómetro. Y así, como quien no quiere la cosa… acabé completando los últimos kilómetros de la media maratón. Finalmente, los datos del GPS fueron: 21,46 kilómetros en 1h43'36”, a un ritmo medio de 4'50 min/km. Debo reconocer que ni en mis mejores expectativas podía pensar que pudiera hacer una media maratón por debajo de los 5'00 min/km, así que creo que puedo acabar contento. A nivel físico tocará esperar a ver cómo me encuentro en el rodaje de mañana para valorar los “daños colaterales” de haber estado durante más de 1h40' pateando asfalto. 
Con los "Piratas". Muy buena gente.
 Me gustaría dedicar un último párrafo a la organización del evento, la cual estaba a cargo del Club de Atletismo Zamora. Creo que a rasgos generales la prueba ha estado muy bien organizada. Al haber dos pruebas de diferentes distancias que compartían circuito durante nueve kilómetros, tenía curiosidad por ver cómo preparaban el desvío para separar a los atletas inscritos en el 10.000 de los que estaban en la media maratón, y la verdad es que estaba bastante bien marcado: un cartel bastante grande en un color amarillo más que llamativo en una valla que quedaba justo de frente a los atletas, por lo que era imposible no verlo. En cuanto a la delimitación del circuito, en mi caso particular ya conocía los sitios por los que teníamos que ir, por lo que no he prestado demasiada atención, aunque sí me gustaría decir que nosotros, como atletas, deberíamos prestar más atención a ciertos detalles, pues no creo que sea lo más conveniente salirnos de nuestro carril para meternos por el paralelo e interrumpir a los coches. Si tenemos delimitado uno para correr, debemos ir por ese, no por el de lado. Por lo demás, poco más que objetar.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

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