“Aparcamos
planes y objetivos personales porque tenemos uno mucho más grande,
que es ayudar a todo el país”. (Gema Martín Borgas).
Hace
varios días que no publico nada en este espacio. Con la cabeza
puesta en otras historias, la verdad es que he estado entretenido. Y,
las cosas como son, no me gusta el motivo por el cual lo hago hoy: el
coronavirus. Estamos bombardeados ahora mismo con un montón de
información por todos los medios de comunicación (televisión,
periódicos, radio…) y también a través de las redes sociales, lo
que puede provocar, en alguna ocasión, que aparezca algún que otro
bulo. Por toda esa información que nos encontramos, y porque si lo
que queremos es saber más sobre el tema hay gente experta en esto,
no quiero centrarme en esta entrada en los temas más específicos de
este virus, igual que tampoco voy a entrar en temas políticos, pues
creo que este blog tampoco es un espacio para ello. Sin embargo, sí
me gustaría dar mi opinión acerca de algún tema que considero muy
importante para nuestros mismos y sobre el que hay que insistir
mucho: por favor, vamos a quedarnos en casa y solo salgamos cuando no
nos quede más remedio. Por otro lado, también tengo previsto
escribir sobre cómo afronto, desde el ámbito personal y deportivo,
este hecho.
Nos
encontramos en una situación un tanto comprometida con el tema del
coronavirus. La verdad es que el contagio, por lo que podemos estar
viendo a través de los medios de comunicación (me referiré siempre
a ellos, pues en las redes sociales siempre tenemos la posibilidad de
encontrarnos con un bulo) está siendo bastante rápido. Viendo el
panorama, el Gobierno español decidió el pasado sábado declarar en
nuestro país el conocido como “estado de alarma”, el cual es la
segunda vez que se aplica en la historia de la democracia española.
Su primera aplicación nos la encontramos en el año 2010 con motivo
del cierre del espacio aéreo motivado por la huelga de
controladores. No voy a profundizar acerca de si ha sido el momento
de aplicarlo o se debería haber hecho antes o si se deberían haber
tomado medidas para, viendo cómo se estaban desarrollando los
acontecimientos en Italia y China, evitar que este virus se propagara
tan rápido por España, porque, como dije, creo que esto son
decisiones políticas y no quiero entrar al trapo. Pero sí me
gustaría centrarme en una de los puntos en los que se está
insistiendo mucho desde que se declaró el “estado de alarma”,
que no es otro que el hecho de que nos quedemos en casa salvo para
cosas muy puntuales, como puede ser ir a trabajar o a comprar comida.
Vamos
a ver. Se está insistiendo por activa y por pasiva que no salgamos
de casa salvo para cuestiones muy puntuales (comprar comida, ir a
trabajar y poco más), debemos cumplirlo a rajatabla. Claro que a
todos nos gustaría tener la flexibilidad que hemos tenido hasta
ahora para poder salir sin preocupaciones de ningún tipo, y que, si
queremos, podamos salir a practicar deporte al aire libre, a jugar
con nuestros hijos o sobrinos a un parque o coger el coche e ir a la
ciudad o al pueblo de al lado, pero estamos en una situación muy
complicada de salud y con un “estado de alarma” de por medio.
Debemos evitar contagiarnos y contagiar, pues así conseguiremos que,
poco a poco, el virus vaya desapareciendo, y una de las medidas más
importantes es la de estar recluidos en casa, saliendo lo
imprescindible. No es algo de nuestro agradado, pero debemos ponernos
todos a cooperar si lo que queremos es poder llegar a decir que hemos
vencido al coronavirus. Porque, está claro, de no colaborar,
nuestros servicios de urgencias y hospitales se colapsarán,
produciendo situaciones muy, muy graves. ¡Por favor, vamos a
quedarnos en casa y salgamos lo imprescindible!
Para
cerrar un poco el tema más “específico” del coronavirus, me
gustaría mandar desde aquí mucha fuerza a todos aquellos
profesionales de los hospitales, desde facultativos a enfermería,
TCAE, celadores, personal de limpieza… por estar ahí, a pie de
cañón, plantando cara como profesionales de la sanidad, a este
virus. Pero debemos estar muy agradecidos también y no olvidarnos de
los transportistas ni de todos aquellos que, a través de sus
negocios, estos días nos abastecerán de comida y medicamentos. A
todos vosotros, muchas gracias por vuestra labor. Todos,
absolutamente todos, desde los trabajadores del ámbito sanitario
hasta transportistas, cajeros… os merecéis todos mis respetos.
¡Mucho ánimo chavales!
Como
es lógico, esta situación también afecta al mundo del atletismo y
del deporte en general. Se han aplazado varias competiciones (entre
ellas, la Media Maratón “Ciudad de Zamora”) y los Juegos
Olímpicos, la prueba reina del deporte mundial, corren cierto riesgo
de verse afectados por este motivo. Desde luego, un cambio radical en
lo que a la actividad física se refiere. Gran parte de estas
competiciones aplazadas están a día de hoy sin fecha, y seguramente
nos toque ver cómo evoluciona todo para saber cuál será la
definitiva. El calendario elaborado con las fechas pertinentes antes
de que sucediera esto ya estaba hecho (imagino) en base a las fechas
del resto de carreras. Los organizadores buscan la mejor para su
prueba para que no se solape con otra de semejantes características
por lo menos en su Comunidad Autónoma (cuadrar fechas a nivel
nacional ya va ser más problemático) y puedan participar varios
atletas. Pero, de querer celebrar todas las competiciones afectadas
por la situación que está atravesando actualmente el país, va a
ser imposible que no coincidas en la mismo día carreras de iguales o
diferentes características, tanto a nivel autonómico y, en muchos
casos, provincial.
A
nivel personal, la verdad que me encuentro raro. Creo que es la
primera vez que me toca parar (y esto pinta a que va para largo) y a
mi cuerpo no le duele nada, algo que, por otro lado, ya me resulta
hasta sorprendente, después de toda la racha de problemas que he
tenido. Esto de parar no es que me haya hecho lo que se dice mucha
gracia, pero debemos intentar colaborar para que el coronavirus no
siga extendiéndose y ahora mismo nos regimos por una serie de normas
que incluyen no salir de casa salvo para cosas muy puntuales y esto
de salir a correr no está incluido dentro de esas salidas puntuales.
Cierto que para los que somos aficionados al deporte, nuestra sesión
diaria de kilómetros es un bien de primera necesidad, pero me da que
estos no vienen incluidos en la lista junto a la comida, así que nos
tocará apechugar. En
mi caso personal, y porque me conozco (en los últimos tres años me
ha tocado estar bastante tiempo parado, por lo que “adivino”
lo que va a pasar) sé
que me va a costar estar tanto tiempo sin poder calzarme las
zapatillas. La última vez que salí a hacer unos kilómetros fue el
viernes, con un rodaje de 15 kilómetros, y desde entonces, no he
vuelto a hacer ningún metro con las zapatillas. Hoy
hace una semana justa de la última vez que salí a rodar
y, siendo sincero, “me subo por las paredes”, como suele decirse.
A ver cómo lo voy llevando.
Lo
que está claro es que ahora no podemos plantearnos nada en cuanto a
competiciones, porque no sabemos cuándo podremos volver a hacer
kilómetros. Y en este aspecto, me llama la atención que aun a día
de hoy, viendo el panorama, haya carreras que sigan abriendo las
inscripciones y mantengan la publicidad, cuando realmente no sabeos
cuándo podremos volver. Hace pocos días me salió una publicación
en Facebook que precisamente trataba de esto. No lo entiendo, la
verdad. Pero bueno, no es el momento de andar con esos temas. Debemos
tirar de esa paciencia de la que solemos carecer los corredores y ver
cuál será nuestro próximo objetivo. En mi caso, no me importaría
que fuera algún 10.000 o incluso la media maratón de Zamora,
siempre basando los entrenamientos en la carrera continua y sin
ningún tipo de entrenamiento con series (aunque los cambios de ritmo
no los descarto). Pero, como
decía la gran atleta salmantina Gema Martín hace
pocos días en el periódico digital, “aparcamos
planes y objetivos personales porque tenemos uno mucho más grande,
que es ayudar a todo el país”.
Nos
vemos (o nos veremos)… haciendo deporte, claro.
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