martes, 31 de marzo de 2020

Expresando sentimientos

Nos encontramos en un momento cuanto menos peculiar. No podemos salir de nuestras casas debido al dichoso coronavirus, lo que nos implica a que no podemos la inmensa mayoría de las actividades que hacíamos al aire libre. Ésto, como es lógico, nos afecta a los que somos aficionados a cualquiera de los deportes. Hagamos el que hagamos, ahora nos vemos limitados a estar metidos en nuestras casas. Algunos tendrán la opción de utilizar rodillos de bicicleta o cintas de correr, mientras que otros optarán por hacer estiramientos o ejercicios de fortalecimiento para que la vuelta a los entrenamientos, aunque traumática, lo sea un poquito menos. Pese a ello, nada mejor que salir al aire libre y hacer unos kilómetros por nuestros lugares habituales de entrenamiento. Porque, lo queramos o no, un rodillo o una cinta nos pueden ayudar a hacer algo de ejercicio y mantener de una manera mínima algo de la forma física, pero no es comparable a hacerlo por cualquier sendero.


Esto de no poder entrenar lo estoy viviendo mal, pero imagino cómo deben estarlo pasando los deportistas de alto nivel. El deporte, sea el que sea, es su trabajo. Su sueldo depende de su rendimiento. Y el verse en casa, sin poder entrenar de una manera adecuada, no creo que sea de su agrado. Además, siendo 2020 año olímpico (en teoría, la práctica es que será 2021), muchísimos de ellos se han puesto como objetivo estar en esta gran cita deportiva. Muchas horas de entrenamientos, muchos kilómetros y series, para intentar clasificarse a las Olimpiadas y, al final, tocará esperar al 2021 para poder verse ahí. La verdad es que no sé qué criterios seguirá la organización de dichos Juegos, pero creo que los deportistas que ya tuvieran su plaza, se debería de mantener para el próximo 2021, y solamente que queden “en juego” las que aun no estaban decididas. Y, aunque aplaudo la idea de que se hayan programado para el año que viene, pues me parecería una auténtica locura que se quisieran celebrar en 2020 con la que está cayendo (debe primar la salud de las personas, no lo olvidemos), también imagino que ahora muchos estén preocupados por lo que les cueste llegar al punto de forma adecuado dentro de un año. Todos los entrenamientos habían estado programados para una fecha concreta, que era el verano de 2020. Ahora, no sabemos cuándo se podrá empezar a entrenar de nuevo sin ninguna restricción y, a partir de ahí, habrá que ver si el tiempo es suficiente para que los deportistas logren llegar en las condiciones físicas que requieren unos Juegos Olímpicos. Claro, que mucho mejor en este aspecto que sea 2021 que 2020, pues entonces la forma sí que iba a ser muy justita. Por lo menos, algo más de tiempo que para este verano habrá… si es que para verano ya podemos estar haciendo ejercicio físico al aire libre.


Siguiendo la rienda del atletismo, la verdad que no les he seguido de una manera muy exhaustiva salvo a unos pocos corredores de maratón. Y si hay un atleta del que me gustaría escribir es del soriano Daniel Mateo, un grandísimo atleta al que empecé a seguir tras mi primer verano por Soria y que lleva ya varias temporadas llamando la atención en pruebas tanto de pista como de campo a través, consiguiendo unos resultados más que envidiables. Sin embargo, su paso a las pruebas de larga distancia le ha llevado a que se hable aun más de él. Debutó en la distancia de los 42 kilómetros logrando una gran marca de 2h10'53. De ahí, a correr el Mundial de la distancia, que completó en 2h12'15”. Muchas horas de entrenamiento para poder clasificarse y un claro ejemplo de todo lo que tiene que pelear un deportista de alto nivel para poder clasificarse a unos Juegos Olímpicos. Y, además, en el caso del atleta soriano, aparte de dicarse al atletismo de alto nivel trabaja como ganadero. No es, desde luego, una tarea sencilla. Por eso, creo que debemos valorar siempre, y en estas circunstancias más que nunca, el enorme esfuerzo que tiene que hacer esta gente para estar ahí. ¡Mucho ánimo a todos los que tengáis la plaza, y a seguir peleando por las que aun quedan!


A nivel personal, la verdad que me está costando bastante el tema de estar tanto tiempo quieto. Cierto que me considero una persona muy casera, pero venía de una rutina que consistía en lo siguiente: levantarme, salir a rodar, ducha, estudiar por la mañana y por la tarde (salvo las semanas previas a esto del confinamiento, en las que por las tardes hacía un curso) y cena. Esta rutina se vio modificada estos últimos veranos, en los cuales cambié las horas de estudio por las horas de trabajo. Vamos, que el salir a la calle, bien para correr o bien para trabajar o estudiar, estaba a la orden del día. Además, el atletismo me permitía despejarme si había estado por la mañana trabajando o prepararme desfogándome un poco si tocaba hacerlo por la tarde. Así, ahora me veo extraño estando tantas horas “enclaustrado” en casa. Cierto que ahora me encuentro trabajando, pero me falta esa parte física, esos kilómetros que, como decía, empleo para despejarme o para prepararme, según en qué turno me toque trabajar. Me falta, como en alguna ocasión he escuchado, “soltar las endorfinas”. Claro, que mientras estoy trabajando me encuentro lo suficientemente ocupado durante siete horas como para que la cabeza no esté dando vueltas constantemente a que no puedo correr, pero el día son 24 horas, por lo que me quedan otras diecisiete para pensar en que no puedo correr y ponerme de morros. La verdad que, como ya he comentado en alguna ocasión a varios conocidos, me resulta muy extraño que me haya tocado parar y no sea mi cuerpo el que, a través de dolores varios, me haya obligado a parar. Ésta vez no ha sido ni el Aquiles, ni las costillas, ni las contracturas ni los dolores no sé donde. Ésta vez ha sido un virus con una capacidad de contagio más que considerable. Ésto nos lleva a que, entre todos, debemos colaborar, y si nos dicen que no podemos correr, pues nos toca aguantarnos. Pero, desde luego, no es una situación a la que ninguno estemos acostumbrados, pues es algo nuevo y que ninguno hemos vivido, al menos la gente tanto anterior a mi generación como la mía. Porque, si nos remontamos a dos generaciones atrás, a los que vivieron la Guerra Civil, seguramente vivieron situaciones como estas.


Pero bueno, que, como ya he comentado en alguna otra ocasión, no quiero meterme en temas políticos. Así que a lo que iba. Decía que me está costando quedarme en casa y que, si bien es cierto que durante el tiempo que estoy trabajando me centro en eso y no tengo opción a pensar en nada más, una vez que mi jornada laboral acaba, mi cabeza se traslada de una manera automática a pensar en cuánto durará este confinamiento y, por lo tanto, qué día será el que podamos volver a calzarnos las zapatillas y salir a hacer unos kilómetros y, por lo tanto, empezar a plantearnos una serie de objetivos con el dorsal en la espalda. ¡Si ya hasta me apetece hacer series! Por ahora, sabemos que aun nos quedan otras dos semanas más hasta saber qué medidas se tomarán. ¿Tendremos suficiente con un mes o aun nos tocará esperar más? Por ahora, no lo sabemos ninguno a ciencia cierta. Por ahora, lo único que tenemos fijo es que el mes de parón no nos lo va a quitar nadie. Pese a ello, mi cabeza sigue dándole vueltas a qué distancia podría ponerme como objetivo y cómo organizar los entrenamientos. Lo que tengo claro es que, después de este periodo parado, debo comenzar haciendo la famosa “base” de los ciclistas. Y esta vez tengo claro que voy a introducir una serie de modificaciones. La principal, alargarla hasta las 16 semanas. La verdad que es un periodo largo de tiempo, pero prisa tampoco voy a tener. El único objetivo durante ese tiempo es acumular kilómetros. Crear una buena base. A partir de ahí, y teniendo en cuenta que las series no entran en ninguna de mis ideas (me niego a hacerlas), buscar alguna prueba y empezar con ella. ¿Distancia? El 10.000 me encanta, ya lo he comentado en varias entradas, aunque me he quedado con la espinita de no haber podido participar en la media maratón de Zamora, una prueba por la que estaba bastante ilusionado y que, gracias al virus, ha sido una de las muchas competiciones que se han visto aplazadas. Entre ambas distancias estará la cosa. Como decía, nada de series, todo basado en los kilómetros.


En definitiva, esperemos que el tema del estado de alarma, y sobre todo del dichoso coronavirus, desaparezca lo antes posible y todos podamos retomar las rutinas que teníamos antes de que todo se diera la vuelta. Aunque no es una tarea sencilla, debemos tirar de mucha paciencia e intentar llevar esto de la mejor manera posible. Desde luego, fácil no va a ser, pero seguro que si ponemos cada uno de nuestro lado, acabaremos consiguiéndolo.

Nos vemos (o nos veremos)… haciendo deporte, claro.


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