sábado, 22 de mayo de 2010

Crónica de la XII Milla Marcos Fernández

Como el otro día os dije, se ha celebrado en Valladolid la XII Milla Marcos Fernández organizada por el C.D Parquesol. Os voy a contar, como hago en todas las carreras en las que he participado, una pequeña crónica sobre una carrera muy especial para mí, por encima de la San Silvestre, donde fuí tercero. Ya entenderéis más abajo el por qué.
Llegué a eso de las 17:20 a Parquesol, más concretamente en la plaza Marcos Fernández. Fuí a por el dorsal, y resulta que no había llegado la inscripción que les mandé por correo electrónico; me inscribí y me dieron el dorsal. Yo no corría hasta las 18:55, y las pruebas no comenzaban hasta las 18:00, por lo que, hasta esa hora, tenía tiempo para hacer cosas; menos mal que se me pasó volando.
Se inició con los veteranos masculinos (1975 y anteriores), que salieron a un paso increíble, e hicieron los 1.380 metros en nada. Después, las veteranas femeninas (1975 y anteriores); los pro/senior masculino y femenino; los Junior, los Cadete, los Infantiles (mi categoría) masculino, las Infantiles femenino, los Alevines masculino; los Alevines femenino; los Benjamines masculinos; los Benjamines femeninos; los Prebenjamines masculinos; las Prebenjamines femeninas y, para finalizar, la categoría "Chupetín", que no era competitiva.
A las 18:50 ya estábamos todos los Infantiles, tanto masculinos como femeninos, cerca de la línea de salida. Nos dejaron entrar a los masculinos. Nos apelotonamos todos y, como vieron esto los de la organización, nos dijeron que nos tranquilizáramos, que tardaríamos un poco en salir. Después de como tres minutos, llegó un señor y dijo: "Preparados, listos..." y no dijo ya y ya estábamos corriendo. Nos tocó darnos la vuelta y volver a la línea de salida. Ahora sí: "Preparados, listos... ¡ya!". Los primeros salieron como balas y yo me quedé en el medio; iba como el sexto, más o menos. Pero, no habíamos acabado la primera vuelta (eran cuatro) muchos se quedaron. Luego, nos quedamos otro y yo solos. Iba un poco más adelante que yo, cada vez lo tenía más cerca, más cerca, más cerca... hasta que lo pasé y me puse ¡primero!. Estuve así hasta la cuarta vuelta en el sprint. Me cogió en la última recta, en el sprint, un chaval y me pasó. Yo pensé que era alguno de los que estaba doblado y no salí a por él, me centré más en disputar el sprint. Cuando llegué a meta, a poco más de un metro de él, vi que se paraba: resulta que me había ganado, por lo que fuí segundo. Nos tomaron el nombre y nos fuimos a comer a hamburguesa que nos daban. Volví a donde estaba el podio (tenía que subir). Me comí la hamburguesa y justo en ese momento me llamaron para subir al podio. Me dieron el trofeo, lo enseñé bien (uno no queda segundo todos los días), nos hicieron unas fotos y nos bajamos. Cuando ya estábamos abajo, se me acerca un señor y me dice: "Te has despistado al final, ¿no?" Yo no sabía ni quién era ese señor. Nos pusimos allí a hablar, y resulta que el primero era el Campeón de Castilla y León en Infantiles. Después, nos quedamos hasta que se acabó y nos volvimos a Zamora.

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