sábado, 18 de julio de 2015

Disfrutar

El deporte, para mi, es algo muy importante. Pedaleando y corriendo he tenido un privilegio al que muy pocos tienen acceso: conocer rincones impresionantes, hacer amistades y sentir emociones que, de otra forma, me hubiera sido francamente complicado haber sentido. Este mundillo me ha permitido tener un enfoque diferente sobre ciertos aspectos de mi vida fuera del deporte, y estoy seguro que me ha ayudado a afrontar un montón de situaciones dentro de mi vida sin que yo haya sido consciente, y es que, estoy convencido, el deporte es una escuela.


Recuerdo con especial agrado mis primeras sesiones como atleta de la mano de Teo de las Heras en el Club Atletismo Zamora. En esos cuatro años entrenando a su lado la verdad es que, a pesar de que cuando dejé de entrenar con él no me notaba demasiado motivado, por norma general disfruté bastante estando a sus órdenes. Los entrenamientos, con el paso de las temporadas, me fueron gustando cada vez, puesto que poco a poco se iban adaptando cada vez más a la forma que a mi me gustaba, metiendo sesiones de carrera con más kilómetros. Sin duda, las sesiones que, personalmente, más disfrutaba era cuando Teo se venía con nosotros, eso suponía que nos tocaba hacer un nuevo circuito para completar la sesión, y la verdad es que eso resultaba muy entretenido. Hubo una temporada donde, la verdad, hicimos muchos, pero muchos entrenamientos de ese tipo, lo que a mi me encantaba. Teo nos solía acompañar calentando, para luego marcarnos la "ensalada" de series, y controlarnos mientras las hacíamos o incluso, como alguna vez hizo, ponerse él a hacerlas también.


Yo a Teo ya le he conocido apartado de la competición y tampoco entrenaba ya como cuando competía, pero me consta que esto de acompañar a sus pupilos lo hacía en muchas ocasiones cuando competía, y también me consta que había un grupo considerable de atletas para preparar pruebas como maratón, y Teo tenía marcas bastante importantes dentro de aquel grupo. Teo pertenece a una época muy diferente a la mía, donde creo que la forma de entender el atletismo y la competición no tenía nada que ver con la que nosotros tenemos. Por aquel entonces no había tantas competiciones populares como ahora, también es cierto que esto de correr estaba casi mal visto, no como sucede ahora, que raro es el que no corre, Teo, además, es el culpable de que muchos de los que ahora corremos, estemos metidos en este mundillo. La lista sería interminable, y la verdad, creo que es fácil distinguir entre quién ha sido atleta suyo y quién no. Me explico: Teo aprovecha al máximo lo que puede dar una ciudad para preparar un entrenamiento de calidad, fuerza o rodaje, sesiones que podían ser bastante entretenidas, y sin necesidad de tener que estar metidos obligatoriamente en una pista de atletismo o en un gimnasio. Algo muy llamativo, la verdad. En mi época, al no poder correr con tanta regularidad principalmente por las lesiones, no podía hacer esos entrenamientos por toda Zamora, pero, cuando los hicimos, la verdad es que fueron de lo más entretenidos.


Ahora me pongo a pensar, y veo que de la gente con la que yo comencé a entrenar con él ya no queda nadie. Poco a poco, fueron apareciendo nuevos compañeros, mientras que otros se iban marchando, muchos dejando el atletismo y otros, siguiendo por su cuenta, como me acabó pasando a mi. Recuerdo con especial agrado el grupo que estuvimos la última temporada que yo entrené con Teo, el cual, casualidades, creo que, durante esos cuatro años, fue el que menos duró. Mantengo la relación prácticamente con todos, salvo alguna excepción. Nos llevábamos bastante bien entre nosotros, incluso coincidí con más aficionados al ciclismo. Sin embargo, aquel grupo apenas duró una temporada. Al iniciar la siguiente, prácticamente estábamos deshechos, solo quedábamos tres juntos de un grupo que había juntado a bastantes atletas. También, con el paso de los días, nos quedamos en dos. Luego, yo decidí empezar a entrenar por mi cuenta, hasta que al final, el único integrante de aquel grupo acabó también entrenando por mi cuenta. En aquel inicio de esa temporada ya coincidí entrenando con uno de los atletas zamoranos con más futuro, de cuya preparación se encarga Teo. Hablo de Diego Bravo. Diego fue el primero de un nuevo grupo de atletas bajo las órdenes de Teo de las Heras, quien ahora tiene varios atletas de diferentes edades. Del grupo que poco a poco ha ido cambiando, tiene unos cuantos integrantes, con los que he coincidido en alguna ocasión puntual, pero, como ya he comentado más veces, tienen otra forma de ver el atletismo diferente a la que yo estaba acostumbrado con los otros grupos, ahora todo está más enfocado hacia la competición pura.


Una vez recordadas estas curiosidades, toca volver al presente. Tampoco me arrepiento de haber sido mi entrenador durante este tiempo. He disfrutado haciendo mis entrenamientos, lo que también me ha permitido conocer nuevas partes de la ciudad por las que nunca había transitado corriendo, e incluso llegar a ganar mi primera competición absoluta en Bañobárez (qué bien andaba uno entonces...) Sin embargo, he estado unos meses sin mis sensaciones, sin ser quien yo era. Sé que puedo correr mucho más rápido de lo que corrí la pasada temporada, y la verdad, para esta habrá que intentar andar mucho más. ¿El secreto? Sencillo: hacer una tabla de entrenamiento con series y rodajes, y cumplirla. Solo con eso ya tengo bastante adelantado, pues creo que muchas veces no se trata tanto de tener sesiones de mucha calidad, sino de tener una organización entrenando, es decir, si hoy hago series, mañana no voy a hacer series, sino un rodaje cómodo para recuperar.
Por ahora, vamos paso a paso. Toca hacer los primeros kilómetros de una nueva temporada, donde, si no surge nada malo, espero poder volver a dar bien de cera en las competiciones. Ese era mi objetivo la pasada temporada y no fui capaz de cumplirlo, así que habrá que tirarse de lleno a por esta temporada. ¿Principales objetivos? En un principio, León para ir cogiendo la forma, y luego, los crosses y preparar 10.000 para una buena marca, eso sí, sin descuidar alguna competición muy especial, como, por ejemplo, El Salvador, una prueba preciosa y en la que siempre he disfrutado muchísimo compitiendo. A ver si así, poco a poco, consigo volver a mi mejor versión.
Lo que tengo claro es que los gimnasios no se han hecho para mi. La verdad, no me acostumbro a esto de estar entre cuatro paredes... Soy el típico atleta de fondo al que no le gusta nada el gimnasio, y prefiero tirar más a salir a rodar y disfrutar de esto. Soy una persona que pienso que, para una afición que tenemos, mejor tirar a disfrutar plenamente y no amargarnos. Así que, cuando hayan pasado estos dos meses, dejaré el gimnasio para centrarme solo en correr. ¿Que no hay mejora? Bueno, no pasa nada, se trata de disfrutar. Lo mismo viene bien para aguantar más años corriendo o correr más rápido, pero como no voy a ser olímpico ni nada de eso, no me importa tener que correr a 4.30 en vez de a 4.15, por poner un ejemplo, siempre y cuando disfrute. Y si aguanto menos años corriendo, pues mala suerte. Pero, ante todo, DISFRUTAR de correr.
Nos vemos.. haciendo deporte, claro.


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