martes, 6 de septiembre de 2016

Reflexionando sobre la Vuelta

Todos sabemos de la necesidad, cuando estamos entrenando y compitiendo, de descansar para poder recuperar y todo lo que llevamos en el cuerpo y en las piernas. Cuando estamos preparando una competición, necesitamos días más tranquilos o incluso de reposo absoluto para asimilar todos los entrenamientos que llevamos hechos. Cuando llevamos varios fines de semana seguidos compitiendo, conviene tomarse un respiro y dejar alguno sin colgarnos un dorsal. Incluso, a nivel profesional, cuando nos vamos a afrontar al reto de competir durante 21 días seguidos, es interesante dejar, entre algunas etapas, un día donde nos olvidemos de la tensión y los esfuerzos de la competición. En este punto es donde se encuentran los ciclistas de la Vuelta a España. Hoy martes se celebra el segundo día de descanso de la ronda española, un buen momento para intentar analizar cómo han sido, hasta ahora, los días de competición de la prueba por etapas más importante de nuestro país, y una de las tres más importantes a nivel mundial junto al Tour de Francia y al Giro de Italia. Y, sobre todo, creo que sería muy interesante valorar dos de los acontecimientos más extraños que han sucedido en el pelotón, como han sido la llegada a más de media hora del pelotón hace unos días, y la repesca de más de 90 ciclistas que llegaron fuera de control, entre ellos, el Sky al completo, a excepción de su jefe de filas, Crhis Froome. Un par de situaciones que, desde luego, nos deberían hacernos reflexionar acerca de varios temas y, desde luego, que se deberían evitar en el futuro.

Debo reconocer que me está llamando bastante la atención cómo los principales favoritos están compitiendo en esta Vuelta a España. Contador, que a priori era el principal favorito, pues seguramente, de todos ellos, era el que llegaba, en teoría, más fresco a la competición, ha demostrado que, a pesar de no ser el mismo Alberto de hace unos pocos de años y tras la caída que tuvo a inicios de Vuelta, algo que posiblemente le afectara mucho más que su estado de forma, sigue teniendo una clase impresionante como ciclista, demostrándolo cuando, a pesar de no tener piernas suficientes para enfrentarse a otros ciclistas, intenta mover el pelotón y dejarse ver con cambios de ritmo. Por desgracia para los que somos admiradores de Alberto como ciclista, esta vez no estamos viendo esos ataques tan fuertes, cuando veíamos a le veíamos de pie, bailando la bici muy alegremente y con su típica cadencia de pedaleo. Pero creo que estamos viendo una versión de Contador tirando de clase. Eso sí, creo que ya debería empezar, como poco, a pensar en otras pruebas de menor importancia y donde las exigencias y la presión no sean tan altas como puede ser en una gran vuelta, aunque, siendo sinceros, me parece que ha llegado el momento de empezar a plantearse (o mejor dicho, de retomar la idea, pues no olvidemos que en su día y lo dejó caer) la retirada del ciclismo al más alto nivel. Creo que Alberto como profesional ya ha ganado todo lo que podía ganar, y, cuando has estado a semejante nivel, siendo el foco de atención de todos los aficionados durante tantos años, creo que es mejor retirarse cuando aun la gente re recuerda como un ganador, no dentro de unos años, cuando Alberto habrá pasado a ser aquel ciclista que en su día ganó todo, pero que fue eso, en su día, y ya no se le vea como el ganador que ha sido.

Chris Froome, a pesar de haber logrado vencer en Peña Cabarga, creo que tampoco está en su mejor momento si lo comparamos con el Tour de Francia. Le hemos visto pasar algún que otro apuro, algo que tampoco está mal en el aspecto de que, a pesar de lo demostrado en la ronda gala, el británico del Sky también es humano, sufre como todo los participantes y, al igual que ellos, también tiene días donde no será capaz de encontrar el golpe de pedal adecuado para lograr, en esta ocasión, el maillot rojo que distingue al líder de la Vuelta a España. Aun tiene la última semana y, entre las etapas, una crono, para dar guerra y arañar segundos, por lo que de aquí al domingo pueden pasar muchas cosas. ¿Lograr la victoria? Personalmente, ahora mismo lo veo complicado. Si bien durante la disputa del Tour Nairo no estaba para ganar a Froome, creo que ahora mismo está siendo muy superior a él. Estamos viendo a un Quintana que, primero, está atacando, algo que no vimos en una edición de la ronda francesa donde solo le vimos a rueda del británico, y por otro, o yo por lo menos lo creo así, creo que va mucho más suelto sobre la bici si lo comparamos con Chris Froome. Creo que Nairo, salvo que cambie mucho la cosa, es el favorito para ganar la Vuelta. Está demostrando donde tiene que hacerlo, en la carretera, que es un candidato indiscutible para hacerlo. Reconozco que, a pesar de tenerlo entre los candidatos para vencer, tenía con varios puntos por encima tanto a Froome como a Contador, aunque la realidad es que ambos no están en su mejor momento y Nairo está demostrando que, por lo menos hasta ahora, está siendo mejor que ellos en la carretera.

¿Y qué pasa con Valverde? La verdad, creo que tiene mucho mérito lo que está haciendo. Ha corrido el Giro, el Tour y está afrontando ya la última semana de la Vuelta, y por si fuera poco, de por medio estuvo en los Juegos Olímpicos de Rio. Es cierto que el otro día le vimos fallar y perder más de diez minutos en meta, pero creo que debemos valorar la situación del murciano de Movistar. Desde el inicio del Giro a acumulado muchos días de competición, encima a un gran nivel competitivo. Es más, para mi gusto, creo que al Tour llegó con mejores piernas que Nairo. Sin embargo, da igual que seamos profesionales o que tengamos un organismo privilegiado como el de mi tocayo, al final el cuerpo tiene un límite de esfuerzos. A Alejandro le vino ese día el palo y acabó perdiendo más de diez minutos, pero no creo que sea algo a tener en cuenta, porque era algo con lo que desde Movistar ya deberían contar teniendo en cuenta los esfuerzos que ha hecho en los últimos meses el murciano.

Cambiando un poco de tema, vayamos a los hechos tan extraños que han sucedido dentro del pelotón de la Vuelta. En la 13ª etapa de la Vuelta se produjo un record cuanto menos histórico. Y es que el grupo principal, el pelotón, llegó a más de media hora del vencedor de la etapa, a la postre, la más larga de la Vuelta, con algo más de 210 kilómetros. ¿Qué decir de esto? No quiero defender la diferencia con la que llegaron los ciclistas del pelotón, pero creo que, en cierta medida, fue una decisión adecuada. Está claro que esa diferencia no debería haber existido, por lo menos no por una relajación tan exagerada por parte del pelotón, pero también pienso que debemos ponernos en la piel de cada uno de los participantes. Si analizamos, esa no era una jornada demasiado decisiva, y que debemos tener en cuenta que al día siguiente estaba la etapa reina, con subida al Aubisque. Partiendo esta base, el día previo los ciclistas se habían afrontado a una jornada con más de 190 kilómetros, ese día tenían que afrontar más de 210 y al día siguiente, otra de 190 y muy dura. Si le sumamos que esta Vuelta hasta ese momento no ha tenido jornadas de transición, creo que la decisión de los ciclistas es, a medias, razonable. No es razonable que llegaran a casi 35 minutos del vencedor, pues se podía haber reducido esa ventaja a 10-15 minutos, pero creo que en parte, fue una manera de buscar una jornada donde poder tomarse un respiro. Yo soy de los que piensan que etapas de este tipo, con 210 kilómetros, sobran. Me parece muy bien que sean profesionales, se les pida un rendimiento y demás, pero no veo sentido alguno a meter jornadas tan largas, y encima el día previo a la subida del Aubisque. Se buscaba una cosa que, en cierta medida, podría considerarse una quimera, y es la de ver una jornada con espectáculo, algo que yo, desde luego, veía y veo muy complicado. Ojo, sigo diciendo que casi 35 minutos cedidos en meta son una salvajada y, lo más importante, una forma exageradamente tranquila de tomarse la etapa, y eso está claro que no se debería haber permitido, pero mantengo que fue una jornada excesivamente larga, más aun teniendo en cuenta las etapa siguiente, que no hubo hasta el momento jornadas de transición y que, para colmo, estarían tres días consecutivos sumando más de 190 kilómetros.

Por otro lado, hemos visto cómo se repescaba a un grupo de más de 90 integrantes, entre ellos, el Sky al completo, a excepción de su líder, Chris Froome, en una jornada donde llegaron fuera de control. Ha sido una decisión muy criticada. Lo que más he leído es que quedaba fatal que la vuelta se quedara tan reducida. Siendo sincero, no me ha parecido una decisión adecuada. Siendo estrictos, creo que no deberían haberlos repescado. Estamos hablando de deporte al más alto nivel, y creo que si un grupo de corredores, por diferentes motivos, llega fuera de control, no puede tomar la salida al día siguiente. No he leído lo que dice el Reglamento de la organización, pero creo que no es solo cuestión de ver qué es lo que dice o deja de decir. Me parece que ahora mismo, es jugar con cierta desventaja. Posiblemente, muchos de los ciclistas que llegaron fuera de control realmente iban muy justos de fuerza, sino, seguro que más de uno hubiera llegado dentro del tiempo establecido, pero seguramente haya más de uno que, a pesar de ir justo, tenía fuerzas para llegar con el grupo. Porque, siendo sinceros, no entiendo cómo un equipo de tan alto nivel como es el Sky llegara fuera de control. Por ejemplo, en este caso, me ha parecido una falta de educación hacia su líder, Crhis Froome, el único integrante del equipo que llegó bien a meta. No sé si por parte del equipo habrá existido alguna reclamación o algo semejante, pero creo que no se debería dejar salir al Sky por abandonar de esta manera a su líder. Si no llevaron un equipo con suficiente nivel como para poder ayudar a Froome, creo que hubiera sido mejor opción no traer al británico. Si lo querían traer al ver posibilidades, lo mismo tenían que haber actuado en consecuencia y traer a un equipo que no fuera a llegar fuera de control. Hablo del Sky como ejemplo más descarado de esa llegada fuera de control, donde, por cierto, Froome ha afirmado que sus compañeros deberían estar fuera de carrera, pero el resto de los integrantes de ese nutrido grupo creo que tampoco deberían estar en carrera. ¿Que no quedaría bien y demás? Pues desde luego que no, pero tampoco me parece bien que si unos ciclistas han llegado fuera de control, además, no uno ni dos, al día siguiente salgan en la etapa, porque me parece faltar al respeto de los demás ciclistas.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

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