sábado, 17 de septiembre de 2016

Volvemos a escribir

Después de varios días, vuelvo a publicar en el blog. Los días han ido pasando, el mes ha avanzado y, con él, la llegada del otoño está ya bastante cerca. Hemos visto cómo ya han aparecido las primeras lluvias pero, sobre todo, hemos visto (o mejor dicho, notado) una considerable bajada de las temperaturas en los últimos días, pasando de un calor casi asfixiante a un fresquito que, sin ser el del pleno invierno, ya nos ha hecho empezar a sacar las primeras prendas de abrigo. Ha llegado la hora de despedir el verano. Creo que, en este momento, nos podríamos sentar a valorar sobre qué han podido significar estos días, y, sobre todo, empezar a organizar las próximas semanas y, en parte, la próxima temporada, cuyo inicio es casi inminente.

Este verano se me ha pasado especialmente rápido. Supongo que el hecho de haber estado preparando las oposiciones habrá tenido gran parte de que este hecho se haya producido. Con la cabeza puesta en fechas, temario y demás historias vinculadas a unas oposiciones, reconozco que me he encontrado bastante entretenido. A ésto le añadimos que, por fin, he completado un verano entero encadenando zancadas desde el primer hasta el último día. Salvo el año pasado, donde, como he dicho tantas veces, solo paré una semana, normalmente solíamos parar unas cuantas semanas, y reconozco que el verano se me hacía, en parte, más pesado, primero por no poder correr, y segundo, porque al empezar, me veía tan flojo de forma después de estar un mes sin entrenar, que me desquiciaba por no poder ir a mis ritmos habituales. El verano pasado se me pasó ya bastante rápido, pues pude entrenar y, aparte, me pude calzar las zapatillas por lugares por los cuales nunca antes había corrido o, por lo menos, nunca había llegado; sin embargo, este año ha sido incluso un tanto más diferente y rápido. Como decía, he seguido entrenando a diario, haciendo unos 80-85 kilómetros semanales. Solamente, quitando los días de descanso, un par de días he aparcado las zapatillas. Fue a principios del mes de julio, cuando retomé la práctica ciclista un par de días, saliendo el primero con mi padre y, el siguiente, justo una semana más tarde, con él, Félix y mi tío para hacernos una vuelta por la zona de Sayago. En total, el primer día creo recordar que sobrepasamos no por mucho los 80, mientras que el segundo llegamos, creo recordar, hasta los 87. Ambos días llegué muy, muy justito a casa, pues llevaba desde septiembre del 2015 sin tocar la bicicleta y meterme de golpe esas distancias seguramente no fuera lo más aconsejable. Desde aquella segunda salida, no he vuelto a tocar la bicicleta. A pesar de que más o menos (solo más o menos) he seguido todo el tema de competición a través de revistas, Internet o televisión, y a través de mi padre y de mi tío he seguido en contacto con el cicloturismo, lo de ponerme a montar en bicicleta ahora mismo no me llama en exceso. Lo mismo, salgo un día, me pico y vuelvo a retomar las salidas regulares, pero, por ahora, no tengo previsto salir, aunque sí seguir en contacto con el mundillo del ciclismo.

Con todo el verano por delante, sumando kilómetros a las zapatillas, me he permitido ir pensando sobre qué podía hacer esta temporada, algo que, al final, he descubierto que no me ha servido de gran cosa. Me explico. He ido aprovechando los rodajes para darle vueltas, una vez más, al hecho de volver a hacer series. Me veía con ganas de competir, éso es cierto, pero no acababa de dar el paso hacia delante para ponerme manos a la obra con una preparación específica, por lo que, con el paso de las semanas, he ido teniendo la sensación de perder un poco esa subida de moral que tenía para competir y seguir con mis rodajes habituales. Y así he estado durante estas últimas semanas, pensando que mejor quedarme como estaba rodando sin más pretensiones que ésa, incluso llegué a pensar en bajar aun más el número de competiciones y ser (si cabe) todavía más selectivo con las competiciones en las que me colgaría el dorsal; sin embargo, y sin saber muy bien el por qué, el pasado sábado se me cruzó el cable y me puse a hacer unas cuantas series de 2000 metros. Sin saber muy bien por qué, me vi haciendo uno de mis entrenamientos favoritos de series largas, y debo reconocer que lo disfruté. Reconozco que hice una pequeña barbaridad, pues siendo el primer día desde marzo no se me ocurrió otra cosa que hacer cuatro repeticiones, por lo que sumé ocho kilómetros en series el primer día que me ponía, una pequeña exageración. En un principio tampoco quise darle demasiadas vueltas porque lo primero que se me vino a la cabeza fue que, como siempre, sería un pique de un día y que las volvería a dejar de lado, pero el hecho es que esta semana he seguido con ellas el martes y hoy, y tengo previsto hacer otra sesión el sábado, y la verdad es que estos dos días que llevo esta semana los he disfrutado y mentalmente me han costado menos que en otros de los muchísimos regresos.

Me hago de nuevo la pregunta de siempre: ¿me encuentro ante la temporada de mi regreso? Creo que la pasada temporada la comencé un poco mejor para ello, pero, sin embargo, acabé como siempre, haciendo carrera continua. El hecho es que me veía bastante motivado, pero, por unas cosas o por otras, finalmente lo dejé. Esta temporada no sé qué pasará, pero ahora mismo creo que tengo varias papeletas para acabar volviendo a competir. ¿En qué me baso para decir esto? Pues en que he sido capaz de hacer las series sin pensármelo dos veces, como me ha pasado casi siempre desde que me lesioné. Ésto la verdad es que me motiva bastante, porque, por una vez en mucho tiempo, hacer las series solo me ha costado el esfuerzo físico que supone ir haciendo unos cuantos metros a un ritmo más elevado del habitual. Y sobre las competiciones, sigo echando un poco de menos estar en una salida sabiendo que he cumplido con un trabajo previo enfocado a tener una mejoría y poder correr un poquito más rápido. La verdad, no sé qué será lo que salga en esta ocasión, si la cabeza me jugará o no una mala pasada y acabaré o no volviendo a los rodajes, pero por ahora creo que puedo volver no sé si a correr a los ritmos “de antaño”, pero sí a volver a seguir un plan de entrenamiento enfocado a la competición y, por lo tanto, empezar a establecerme unos objetivos un poco más serios o, mejor, replantearme mi ansiado objetivo de ir a por esos 33' en 10.000 metros.


Lo de volver a tener un entrenador, por ahora no me lo planteo. Es cierto que son las personas más indicadas para marcar los entrenamientos, pues poseen los conocimientos suficientes como para organizar los entrenamientos y conocer al momento cómo está su pupilo, según los datos que posea a través de tiempos, ritmos y lo que posiblemente sea más importante, la sensaciones que el propio atleta le transmite. Pese a ello, y a haber estado con un entrenador durante cuatro años, para nada me planteo volver a tener a una persona que me supervise los entrenamientos. No quiero que suene a acto de prepotencia, pues soy el primero en reconocer que mis conocimientos sobre temas de atletismo son más bien escasos, pero, las cosas como son, para mi es todo un reto seguir un plan elaborado por mi y ver hasta dónde puedo llegar. ¿La mejor opción para el reto planteado? Pues seguramente no, pero por lo menos, habrá que intentarlo.

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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