sábado, 27 de enero de 2018

XXXIV Media Maratón "Ciudad de Zamora"

En la última entrada de mi blog dediqué un pequeño párrafo a escribir sobre la Media Maratón “Ciudad de Zamora”, que se celebrará el próximo 18 de marzo en la catalogada por muchos como la “Ciudad del Románico”. En esta ocasión, me gustaría dedicarle algo más amplio a esta prueba zamorana, que dentro de un mes y medio cumplirá nada más y nada menos que treinta y cuatro ediciones, lo que le lleva a ser una de las medias maratones más antiguas de Castilla y León.

Allá por el 1984, cuando el atletismo a nivel popular estaba comenzando a tener cierto auge y el proceso de ver a la gente que corría como personas normales y no como “bichos raros” estaba dando sus primerísimos pasos, un grupo de corredores, exactamente 23, tomaron la salida de la que sería la primera edición de la media maratón de Zamora. Cabe destacar que en aquella edición no fueron 21 los kilómetros a recorrer, pues la prueba midió, aproximadamente, un par de kilómetros menos. El primer vencedor fue el zamorano Aníbal Rapado. De entre los participantes, caben destacar otros corredores, también de la capital, que fueron piones en este deporte en la provincia y que lograron unos resultados más que aceptables. Podríamos hablar, por ejemplo, de Ramiro Morán o Carlos del Bien.

En aquella primera edición no podían faltar tampoco dos personas que han sido fundamentales en la historia de esta competición, como son Angel Martín (1h04'59) y Teo de las Heras (1h05'32), décimo y undécimo, respectivamente. Ambos atletas, aunque ya no corren, han seguido vinculados al atletismo y, en concreto, al Club Atletismo Zamora del que, al igual que de la media de Zamora, fueron fundadores. Su labor hacia el atletismo zamorano, con el apoyo de dicho club, es innegable. Claro ejemplo es la prueba más larga de asfalto que se organiza en la capital, que, tras más de treinta ediciones, han conseguido seguir sacando hacia delante, a pesar de las muchas críticas que ha recibido la competición.

La media maratón de Zamora, a lo largo de muchas ediciones, fue todo un referente para los atletas de Castilla y León. Muchos años era la prueba elegida para “inaugurar” la temporada de pruebas de 21097 metros, a la cual, muchos venían para comprobar su estado de forma de cara a las siguientes competiciones de la misma distancia. Las referencias que llegan de aquella época son de una prueba tirando a dura, con cuestas, con cierto nivel y atletas de diversas localidades castellano-leonesas. Incluso en el año 2000 fue Campeonato de España de la distancia, con victoria para el atleta Antonio Peña, con un tiempo de 1h03'14 en la clasificación masculina, y para Elena Sampaio en la clasificación femenina. Muy buenos tiempos para la prueba.

Unos cuantos años más tarde, con el boom actual del atletismo popular (bueno, del “ranin”, que es lo que realmente tiene bombo), han ido apareciendo diferentes pruebas que, por decirlo de alguna manera, han ido haciendo “competencia” a una de las medias maratones más antiguas de la Comunidad Autónoma, lo que ha afectado en cierta medida a la competición zamorana. Medias maratones de “reciente” creación que se han ido colocando en fechas cercanas a la de Zamora han provocado que muchos corredores hayan optado por correr en pruebas con un aparente atractivo superior. Aquí me gustaría hacer un par de matices con el único objetivo de aportar. Por un lado, hay que reconocer que la organización, me imagino que siguiendo un criterio lógico, tuvo que prescindir durante unos años, de sus característicos recorridos urbanos, pata tener que dar un par de vueltas al carril bici para completar los 21 kilómetros. Aunque el circuito era llano y se prestaba para correr rápido, entiendo que no gustara en exceso, por no tener más atractivo que seguir la orilla del Duero. Por ésto, dicha competición recibió una cantidad de críticas considerables. Puede que el recorrido no fuera el más ameno de todas las ediciones celebradas hasta entonces, y que no pasara por el centro de la capital, pero, bajo mi punto de vista, hubo muchas críticas hacia la organización de la prueba, pero muy poca gente que quisiera arrimar el hombro para que esta media maratón pudiera retomar su recorrido por las principales calles zamoranas. Por otro lado, me gustaría aportar una pequeña idea, la cual desconozco si existe ya o no. Creo que, con este auge que está teniendo el “ranin”, que ha llevado a que ahora en muchísimas ciudades se hagan pruebas de media maratón, se debería establecer un orden a la hora de poner las fechas de cada una de ellas en base a la antigüedad. Durante unas cuantas ediciones, nos hemos encontrado con que la media de Zamora ha coincidido en el mismo fin de semana con otras competiciones de 21 kilómetros. Bajo mi punto de vista, me cuesta entender que unas competiciones de más recientes creación pongan su prueba en las mismas fechas que otra que lleva muchísimas más a la espalda. No quiero que suene esto a que tan solo defiendo la media “de casa”, sino que creo que es algo que se debería establecer a nivel general, y tampoco quiero que esto quede como un acto de soberbia respecto a otras medias maratones más recientes, pero creo que sería algo muy interesante y que, en muchas ocasiones, evitaría que coincidieran dos pruebas de iguales características en el mismo día.

Me gustaría dedicarle un párrafo al recorrido actual de la prueba. Tras estar unas ediciones en el circuito del carril bici, en el 2014, coincidiendo con la edición número treinta, se dio paso a un nuevo recorrido, saliendo de la Plaza Mayor de Zamora y llegando a las pistas de atletismo de la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora tras recorrer los 21097 metros de la competición. La ruta hace los primeros kilómetros enlazando la zona de la Plaza Mayor, La Marina y los institutos con la zona de La Aldehuela, para ir paralelos a la orilla del Duero por el carril bici y, una vez completados los primeros ocho kilómetros, pasar por la Ciudad Deportiva en el nueve y poner rumbo a la zona céntrica de la ciudad, donde se hacen dos pasos por el Puente de los Poetas. Aunque es un circuito bastante llevadero, no podemos confiarnos demasiado, sobre todo en los primeros kilómetros, que son llanos y para abajo en los primeros nueve. A partir de ahi, nos encontramos con la subida entre Cristo Rey y el instituto Maestro Haedo, coincidiendo con el kilómetro diez. El Puente de los Poetas tiene hasta la mitad, un tramo en pendiente que engaña bastante (no nos olvidemos que se pasa dos veces, una vez a la ida y otra vez, a la vuelta), y hacia el kilómetro 14 toca la subida de la zona de Rabiche. El año pasado, cuando rodé hasta el 19 en el circuito, ahí, a pesar de ya conocerla de la edición del 2016, pagué la novatada, subiéndola más rápido de lo que podía, lo que me llevó a que, a partir de ahí, empezara a ir a menos durante muchos metros. Para rematarlo, cuando parecía que empezaba a notarme mejor, me vine demasiado arriba y el famoso “hombre del mazo” que me vino a ver en esa subida volvió a visitarme.

Para esta edición, intentaré estar presente con la idea de completar los 21097 metros de lo que consta la prueba, 21097 metros que, por decirlo de alguna manera, son “reales”, pues están homologados por la RFEA. La verdad es que, viendo cómo estoy ahora mismo, me doy con un canto en los dientes si logro hacer 1h45', lo que sería de media en torno a 4'50-5'00 min/km. La verdad, espero que en este mes y medio pueda mejorar lo suficiente para poder hacerla a un ritmo de 4'30. Reconozco que para mi es muy bonito poder ser uno de los atletas que salen en la media de Zamora. Recuerdo que, de muy pequeño, mi padre me llevaba a reventar las botellas que los corredores iban tirando por algunas zonas del recorrido que se hacía cuando yo tenía unos tres o cuatro años, y alguno que otro posterior. Años más tarde, recuerdo que una vez salí de casa y al poco, me encontré con los corredores rumbo a la salida. Yo no tenía ni idea de que ese día se celebraba esta prueba, y la verdad, me quedé asombrado de que hubiera gente capaz de correr tantos kilómetros seguidos. A finales de ese mismo año, 2009, empecé a correr con el Atletismo Zamora de la mano de Teo de las Heras, lo que me llevó a tomar contacto con esta prueba. Ahí fue tomando forma la idea de, un día, poder salir y llegar en la prueba de 21 kilómetros “de casa”, objetivo que pudo cumplirse en 2015 y que finalmente fue en 2016. Como curiosidad, siempre decía que mi debut en esta distancia sería en esta competición, pero, tras correr un cross de Ávila, me regalaron una inscripción para la ciudad famosa por su muralla, lo que me llevó a correr mi primera media maratón allí, en el mes de octubre, con un tiempo de 1h30'06”, para hacer en marzo de esa temporada la de Zamora, con un tiempo de 1h30'54”.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

1 comentario:

Unknown dijo...

Leyendo poco a poco, es más largo que una pasaje de la biblia jejeje.
Muy interesante por cierto