viernes, 21 de agosto de 2020

De vuelta a la escritura

 

Han pasado varias semanas desde la última entrada que publiqué en este blog. Entre unas cosas y otras, he ido dejando “para mañana” lo de escribir y, al final, el tiempo se ha pasado y el momento para escribir no acababa de llegar. En este periodo hemos visto cómo el “famoso” COVID-19 sigue estando entre nosotros, con sus consecuencias en nuestras vidas. Vemos cómo van aumentando de nuevo el número de contagios y los rebrotes, a la par que han ido apareciendo ciertas restricciones e incluso hemos visto cómo algunas zonas de nuestra geografía se han visto obligadas a retroceder a alguna de las etapas de la “desescalada” hacia esta “nueva normalidad”. Y, por supuesto, esta situación ha tenido también sus consecuencias en el ámbito del deporte, viendo cómo un gran número de organizadores se han visto obligados a suspender definitivamente sus eventos. Y desde luego, ésto aun no ha llegado, ni de lejos, a su final, por lo que las consecuencias en todos los ámbitos, por desgracia, seguirán durante muchísimo tiempo.


El COVID-19, ese famoso virus que provocó una gran alerta sanitaria a nivel mundial, nos cambió por completo la vida desde marzo, cuando, en el caso de España, se decretó el estado de alarma que duró en torno a mes y medio, aunque previamente ya había hecho estragos en las vidas de muchas personas. Con esta situación nos tuvimos que quedar confinados en nuestras casas para, de una manera progresiva, empezar a salir a la calle en busca de esa “nueva normalidad”. En el ámbito deportivo, que al fin y al cabo es el tema principal de este blog, comenzamos con una serie de franjas horarias para, desde hace ya unas cuantas semanas, se nos dejara hacerlo a cualquier hora, sin esas limitaciones horarias. Primero debíamos salir en solitario, algo que se cumplió de una manera relativa, para que luego se nos dejara en un grupo limitado en cuanto a número de personas, y desde hace ya un tiempo, sin límite. Ahora mismo, ya más o menos poder salir con cierta tranquilidad a practicar nuestro deporte favorito, aunque no viene de más llevar una mascarilla guardada si nuestro lugar habitual de entrenamientos queda un poco alejado de nuestra vivienda y nos toca caminar unos metros hasta allí.


Pero, aunque podamos hacer deporte con cierta calma y ya nos tengamos prácticamente ninguna restricción, voy a expresar mi opinión acerca de lo de entrenar en grupo. Puede que más de uno se me eche encima por decir lo que pienso, pero creo que, ahora mismo, no es el momento de salir con nuestra “grupeta” para dar la vuelta típica de los fines de semanas para acabar, después de unos cuantos kilómetros, en la terraza de algún bar para tomar la caña, algo muy habitual. Todas las opiniones son respetables, por supuesto, pero también debemos ser consecuentes con nuestros actos. Me explico. Estamos viviendo de nuevo un momento complicado con los brotes que están volviendo a salir. Estamos viendo cómo el número de contagios sigue creciendo, alcanzando ya unas cifras que imponen. O al menos a mi me dan ya miedo. Por lo tanto, debemos tomar unas medidas básicas en nuestra vida en general, como el uso de mascarillas o el distanciamiento social. En el caso del deporte, el uso de mascarillas no es, de momento, obligatorio, y entrenar en grupo está permitido, por lo que tampoco estamos haciendo nada ilegal, pero necesitamos de distanciamiento social para evitar la transmisión del virus. En una grupeta de seis deportistas, un número nada descabellado (de hecho, es más bien un grupo pequeño) con uno que esté contagiado va a infectar a los otros cinco, que a su vez pueden contagiar a los familiares con los que conviva, que si son su pareja y un hijo, ya es un número importante de gente contagiada. Si a esto le sumamos que puede ocurrir no en un grupo, sino en varios, y que muchos contarán con más integrantes entrenando de los que yo he puesto de ejemplo, podemos provocar varios rebrotes más que importantes. Es cierto que los rebrotes que estamos viendo últimamente no suelen estar vinculados a grupos de deportistas entrenando, sino a otro tipo de reuniones, pero tampoco creo que sea momento de andar jugándonos el tipo, y si podemos minimizar los riesgos, mucho mejor para todos. Podría entender el juntarnos con la gente con la que convivimos normalmente en casa, pues no dejamos de ser convivientes y vivir juntos entre cuatro paredes, pero todo lo que vaya más allá, a mi desde luego me da bastante respeto. Puede que ésto del coronavirus me esté convirtiendo en un tipo un poco desconfiado, pero… A nivel personal, y sin querer ser ejemplo de nada, desde que nos dejaron salir a hacer deporte, allá por primeros del mes de mayo, no me he juntado con nadie para rodar. Primero, porque no estaba permitido. Segundo, y ya desde que se permitió salir con más gente, tampoco me quise juntar con nadie porque, como decía, vamos sin mascarilla (algo que veo lógico a la hora de correr o andar en bicicleta) y porque nadie me asegura que corriendo en un grupo pueda dejar la suficiente distancia de seguridad. Y qué queréis que os diga, si voy a salir con otros dos o tres compañeros y voy a tener que dejar cinco metros entre nosotros, prefiero salir en solitario.


En cuanto a la suspensión de gran parte de los eventos deportivos a nivel popular, debo reconocer que lo veo como algo lógico. Al final, supone juntar a un número importante de deportistas. La idea de hacer algo estilo contrarreloj, como se hizo en Zamora con el Cross del Ajo, lo podría ver en pruebas como esta, que contó con una participación más bien escasa, pero lo veo como algo inviable a poco que se junten unos pocos inscritos. Creo que, al menos en el ámbito popular, no va a pasar nada porque estemos un tiempo sin poder competir, pues no nos ganamos la vida con el deporte. Otra cosa es a nivel profesional. Ahí sí que veo que haya ciertos problemas con que haya competiciones que no se celebren. Los deportistas de alto nivel, a diferencia del resto, tienen un sueldo que sí depende de sus resultados en las competiciones. Suspender sus eventos puede suponer que, al igual que está ocurriendo con otros muchos trabajadores afectados por la situación actual, muchos deportistas se vean en el paro. Juntar a una serie de atletas de élite en una pista de atletismo puede suponer que, durante el tiempo que estén compitiendo, no se mantenga la suficiente distancia de seguridad como para evitar contagios, y los que hoy están compitiendo en un punto de nuestro país, mañana lo estarán haciendo en otro lugar a 800 kilómetros y competir con otros atletas, unos locales y otros que también irán desde otros puntos de nuestra geografía, lo que puede suponer una propagación del virus. ¿Medidas? Solicitar los resultados de una PCR con la inscripción podría ser una buena idea, aunque, de ser así, la inscripción debería formalizarse lo más próxima al evento, para que, una vez hecha dicha prueba, el riesgo de que el atleta se haya contagiado entre su realización y la competición sea mínimo. En una pista de atletismo o similar, desinfección, y, por supuesto, durante el tiempo que no se esté compitiendo, mascarilla y distanciamiento social. Pero, la verdad, tampoco se me ocurren muchas más medidas. Ahora, que estamos próximos a que se celebre la primera gran vuelta en el mundo del ciclismo, el Tour de Francia, habrá que ver qué medidas toman y cómo se va resolviendo todo. Un evento de estas características mueve muchísima gente, ya no solo deportistas, sino mecánicos, directores… Por lo que, si todo sale bien, podría sentar un precedente para futuras competiciones de alto nivel. Porque, repito, son los únicos que pueden quejarse por la cancelación de los eventos, pues su sueldo sí depende de esto. A nosotros, los que nos gusta machacarnos por placer, no debería preocuparnos demasiado que no podamos competir hasta dentro de varios meses. Posiblemente, desconectar de los dorsales e intentar disfrutar más del simple hecho de correr por correr pueda venirnos hasta bien. Ahora podría ser buen momento para entrenar con calma, a ritmos más suaves y, sin objetivos a la vista, intentar curar esas molestias que nos hemos buscado después de tanto machacar a nuestro cuerpo a base de series y de competiciones un fin de semana sí y otro también. Con mantenernos activos para tener una base sobra. Luego, ya habrá tiempo de ponernos serios con entrenamientos de calidad.


A nivel personal, sigo con mis rutinas de entrenamiento. Seis días de carrera continua a los ritmos que me pide el cuerpo y que mi chasis me va permitiendo. Me limito tan solo a escuchar al cuerpo y exigirle lo que él quiere en cuanto a ritmos. Sin más. Lo de estar alejado de las competiciones y de preparaciones para ello es algo que, después de tanto tiempo apartado de las mismas, ya me resulta habitual. Lo que sí debo decir que esto de correr es mi vía de escape cuando me encuentro muy cargado y ahora me está viniendo de perlas. En este momento, por suerte, me encuentro trabajando relativamente cerca de Zamora y entre los viajes hasta mi lugar de trabajo, las siete horas de jornada laboral y vuelta hasta Zamora hay días que acabo bastante cansado, “echando humo” como suele decirse, y por contradictorio que pueda parecer, salir a rodar unos cuantos kilómetros me deja el cuerpo como nuevo. No pensar, simplemente calzarme las zapatillas y salir a dar una vuelta por mis lugares habituales de entrenamiento es la mejor medicina que puedo encontrar desahogarme y “quitarme la carbonilla”. Tan solo mirar el reloj para ver cuántos kilómetros llevo y cuántos me faltan para los que tenía pensado completar y así decidir por dónde alargar o acortar la vuelta que voy dando. Sin más. Una gozada. La verdad que ahora mismo me daría mucha pena que nos volvieran a confinar y tener que volver a quedarme en casa sin poder salir a correr, porque me lo estoy pasando genial mientras voy corriendo, estoy disfrutando muchísimo, y verme de nuevo sin poder salir me daría muchísima rabia. Algo semejante me ocurriría si nos volvieran a poner de nuevo franjas horarias para hacer deporte, porque ahí, con los viajes, sí me supondría más trastorno para poder seguir corriendo. Pero bueno, esperemos que no nos tengamos que volver a ver en una situación así, que todos seamos consecuentes con nuestros actos y, tomando cuatro medidas básicas, logremos que todos estos datos que estamos viendo se vayan frenando antes de que se tengan que volver a tomar estas medidas.


En varias ocasiones se me ha pasado por la cabeza aprovechar estos próximos meses que se nos presentan, en los cuales no tendremos prácticamente ningún evento popular (y aunque los hubiera, hasta que ésto no esté más o menos controlado, no tengo previsto participar en ninguno) para intentar organizarme un poco a nivel de entrenamientos y, de una manera progresiva, intentar ir mejorando mi estado de forma. Ahora mismo me encuentro un momento en el que rodar a ritmos de entre 5'15 y 5'20 es lo habitual, pero bajar de ahí me supone un suplicio y siempre que lo intento, me acaba molestando algo. Así, con una preparación más o menos larga, ir en busca de que el cuerpo vaya, poco a poco, “entrando en materia”. Prisa por estar bien para una prueba determinada, viendo el panorama, desde luego que no tengo ninguna, así que puedo ir ajustando todo a lo que me vaya diciendo el cuerpo sin necesidad de estar pendiente de que llegue mejor o peor a una prueba. ¿Nos animamos a organizar unas cuantas semanas? Desde luego, nada de series, como decía un poco más arriba, ahora no veo que sea el momento de hacerlo en nuestros niveles, pues no sabemos cuándo vamos a poder volver a competir, pero ir haciendo una base con los rodajes organizados, una base que durará hasta que todo esto esté controlado, ¿por qué no?


Nos vemos… haciendo deporte, claro. Pero solo cruzándonos, nada de juntarnos para rodar juntos, ¿eh?

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