viernes, 16 de abril de 2010

Increíble granizada en Zamora

Hoy, cuando estaba en última hora en el instituto (Tecnología, para los más curiosos) cuando, junto a mis compañeros, empiezo a escuchar un ruido de lluvia. Era muy fuerte, y a todos nos llamó a la atención. Miramos a la ventana y resulta que no caía agua, sino ¡granizo!. Ya faltaban 20 minutos para acabar la clase y salir hacia casa, pero apenas le hicimos caso al profesor, sino a la granizada, y, al final, el profesor decidió dejar de explicar porque no le escuchábamos. Cuando salimos del aula de Tecnología e íbamos a salir por la puerta principal, nos encontramos con medio instituto (el otro medio estaba saliendo) en la puerta, apelotonados, esperando a que terminase de caer agua o, al menos, a que callera menos. Yo, cuando vi que dejó un poco (no mucho), salí, pero, volvió a granizar de lo lindo. Llegué a casa como pude. No podía creer lo que vi en un semáforo: había tanto granizo junto que parecía nieve. El suelo estaba empapado, tan empapado que llegué a ver a personas andando por la carretera.
Cuando llegué a casa y me quité las deportivas, parecía que me había duchado: tenía los pies empapados y las zapatillas tres cuartos de lo mismo. Menos mal que no eran las de correr o montar en bici.

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