jueves, 19 de mayo de 2016

Rodaje progresivo

Ya estamos a jueves, día de entrenamiento previo al día de descanso semanal. ese que tanto odiamos los corredores. Y quizá por eso, no lo sé, me parece una buena idea hacer un balance de lo que hasta ahora han sido las sesiones de rodaje que he hecho en estos cuatro días, algunas de las cuales, como la de esta mañana, me han llamado bastante la atención. Por otro lado, me gustaría escribir sobre las competiciones y, si se tercia, algún otro tema que aparezca, siempre vinculado al deporte o a la música. 
Intentando una quimera: seguir a Diego
Bravo en un 3000 en las pistas de Zamora.
Esta semana debo reconocer que está siendo un tanto peculiar en lo que a entrenamientos se refiere. ¿El motivo? Hacía bastante que no acumulaba tantos rodajes improvisados, y es que los cuatro que llevo completados hasta ahora así han sido. Arrancaba con una idea determinada, para luego hacer algo completamente distinto de lo que tenía pensado. El lunes comencé la semana con un entreno guiado por tiempo. En un principio, la idea era la de rodar 13 kilómetros a ritmo cómodo, y de hecho, así organicé la vuelta por el carril bici, 6.5 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta por el mismo trazado. Pero, al llegar al punto donde unos kilómetros antes había comenzado a rodar, me veía con ganas de algo más, y viendo que me faltaban solo cuatro minutos hasta completar la hora, me decidí por llegar hasta ese tiempo. Así, en una mañana de lo más agradable para rodar, acabé con 14 kilómetros en 1h00'56, a 4.21 min/km. El martes me calcé las zapatillas con la idea de rodar otros 14, por lo que opté por irme a dar la vuelta a Cabañales. Tenía en mente callejear a la vuelta para que me saliera la misma ruta que hice otro día con la distancia justa que quería, pero me puse a pensar en otras historias y me pasé por completo la calle que tenia que coger para recortar la distancia, así que opté por continuar recto y ya acabar donde había empezado, lo que me llevaría a alargar la ruta más de medio kilómetro. Así, en un día con sensaciones regulares, he completado un total de casi 14.8 kilómetros en 1h04'59, a 4.23 min/km. El entreno del miércoles ha sido, quizá, el que menos he improvisado. Me animé a dar de nuevo la vuelta a Cabañales, en esta ocasión incluyendo la subida al Alto de San Isidro. Tenía en duda si rodar 15 ó 16 kilómetros, así que dejé que fueran mis piernas las indicadas para marcar el entrenamiento. Al final, acabé completando los 16 kilómetros en 1h11'33, a 4'28 min/km y 163 pulsaciones medias. Éste fue el primer rodaje en unos días que volví a hacer con el pulsómetro. Para continuar, esta mañana tenía previsto hacer un rodaje cómodo de 13 kilómetros. Y, para no perder la costumbre... acabé improvisando de nuevo. Opté por hacer un rodaje de 60' progresivos distribuidos en tres bloques de 20 minutos cada uno, controlando el pulso en cada parte. En los primeros 20 minutos opté por ir a ritmo de calentamiento, para luego seguir con otros 20 tocando pulsos de entre 160 y 175 pulsaciones, acabando los últimos 20 entre 175 y 185 pulsaciones. Así, en un día que he tenido unas sensaciones buenísimas, he completado un total de 14.7 kilómetros en una hora justa. 
Gráficas con desnivel, ritmo y pulso del rodaje progresivo de esta mañana.
La verdad es que es una gozada encontrarse con rodajes como el de hoy, al fin y al cabo son las sesiones que te animan a continuar sumando kilómetros en busca de nuevos objetivos. Lástima que días como el de hoy salgan uno de cada cinco meses. Completados estos rodajes, mañana nos toca el día de descanso deportivo. Para el fin de semana, solo tengo programado de fijo el domingo, que nos tocará hacer la tirada larga, mi entreno favorito. Para el sábado, no tengo claro si esperar a la semana que viene para hacer series, o decantarme por empezar ya el sábado con ellas. Iré viendo cómo me noto, pero no descarto esta posibilidad, un día antes o un día después no creo que nos afecte demasiado, pero, como digo, iré valorando para ver qué es finalmente lo que sale.
Con Jaime Rosón en la Vuelta a Zamora.
Con todo ésto, me pongo a pensar de nuevo en si realmente dejar de entrenar con Teo fue la decisión más acertada. Aun hoy, tanto tiempo después, le sigo dando vueltas. La verdad es que en el momento en el que empecé a entrenar por mi cuenta me veia muy cansado de todo lo relacionado con las series y, sobre todo, con las competiciones. Por ese lado no me arrepiento, porque he conocido nuevas formas de entrenar, me he conocido más y, sobre todo, he conocido a varios atletas con los que quizá, de otra forma, hubiera tardado más en conocer, igual que con los nuevos circuitos que he aprendido para entrenar. Pero, quizá, de no haber dejado de entrenar con él, no hubiera tenido todos estos regresos sin fruto y hubiéramos comenzado a ir a por los objetivos que Teo tenía en mente desde que comencé a entrenar con él. Pero bueno, lo que tenemos hecho, hecho está, y ahora nos toca pelear por unos objetivos diferentes, pero que me motivan un montón.

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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