viernes, 8 de marzo de 2013

Ciclismo italiano

Iván Ba

Italia destaca por muchas cosas: buena comida, buena cultura… y buenos ciclistas. Desde luego hemos podido ver buenos deportistas profesionales. A lo largo de muchos años hemos disfrutado de estos ciclistas. Coppi, Di Luca, Bugno, Menchov, Cipollini, Basso… Mucho ciclista y de gran calidad. Y son realmente combativos. ¿Quién no ha visto los duelos de Miguel Indurain con Bugno? Son guerreros incesantes y lo demuestran siempre, dándolo todo en las competiciones.

¿Y qué es lo que tiene Italia que, pese a los años, sigue dando grandes ciclistas? Quizá la pasta, donde ellos son los mejores… Fuera bromas, ellos tienen algo que nosotros no tenemos, por diversas circunstancias, según pasa el tiempo: la afición. Desde la época de Coppi han demostrado una gran afición que se puede ver en la gran cantidad de ciclistas profesionales y empresas ciclistas que han salido de Italia. Nosotros, un país no muy lejano, perdimos la ilusión pocos años después de la era de Indurain. Una pena, de haber seguido, tendríamos otra vez grandes duelos profesionales. Ahora está limitado a la famosa cabalgada de David Arroyo en el Giro y las victorias de Alberto Contador. Además, un factor que hace que los italianos creen esa afición es la ilusión por poner cierto encanto a sus carreras. El Giro (a pesar de tener algún tramo de excesiva dureza) tiene mucho encnato. Paisajes preciosos, junto a la ilusión de hacer de sus pruebas las mejores, hacen que los italianos tengan un ciclismo diferente.

Los ciclistas de allí corren todas sus carreras para ganarlas, pero, además, suelen ir a otras competiciones de otros lugares y países con la misma intención. Quizá en eso ahora hayan bajado, pero siguen manteniendo intacta su afición.

Ya comenté el tema de las empresas y equipos italianos.  Retomo el tema. Bicicletas quellevan pueto en el cuadro Colgano o Bianchi dan un toque épico a nuestras bicis, aunque luego seamos un grupo de cojos. Llevar esos nombres es signo de calidad, seguridad y ciclismo épico. Lo mismo sucede con el Campagnolo, por ejemplo. ¿Y los equipos? Hasta la pasada temporada estaba el Liquigas, primero con Bianchi y luego con Cannondale. Ahora el equipo tiene como principal patrocinio a Cannondale, pero las ganas son las mismas. También está el Lampre que, s bien no ha llegado quizá tan alto como el actual Cannondale, lleva muchísimos años de experiencia. Un equipo clásico en un país épico.

Personalmente, me encanta el ciclismo italiano, tanto por los ciclistas como por el material y sobre todo, la afición, que en nuestro país solo es como la del País Vasco. Desde siempre me he considerado fan de Danilo Di Luca, aunque Marco Pantani siempre será el más llamativo por esos ataques cuesta arriba. Nunca me he considerado seguir de Cipollini. No es un ciclista que me agrade especialmente, pero hay que reconocer sus capcidades físicas, que son impresionantes.

Más nos valía aprender del ciclismo italiano, que tantos buenos momentos ha dado al mundo del ciclismo, y aprender de ellos.

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