miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cuando el atletismo popular pasa a ser un negocio

Llevo un tiempo intentando escribir este artículo, pero debo reconocer que me está costando muchísimo darle forma. Y es que me resulta muy complicado hablar del rumbo que están tomando muchas de las pruebas de atletismo a nivel popular. Bueno, hablo de este tipo de pruebas porque es el ámbito en el que me estoy moviendo, aunque me imagino que ésto sucederá también en deportes como el ciclismo con sus marchas cicloturistas o en el triatlón, con cada más eventos populares en su calendario.
San Silvestre de Zamora. (Foto: www.zamora24horas.com).
Y es que me está dando la impresión de que hemos llegado a un punto donde, casi, el menos importante es el corredor. Hablamos de algunas pruebas donde hay 5000, 6000, 7000 participantes, y nos parece lo normal. Si nos ponemos a mirar los precios, en estos eventos multitudinarios es complicado ver precios por debajo de los 9-10 euros mínimo en pruebas de 10.000 metros, y según va aumentando la distancia, aumenta el precio (salvo excepciones… he llegado a ver pruebas de 5000 metros donde se pedía tanto precio de inscripción como ese mínimo que comento para las pruebas de diez kilómetros), un precio que, quizá, no siempre se utilice para el corredor. Y digo esto porque me parece que, con todo ese dinero recaudado supongo que habrá que pagar toda esa infraestructura que necesita la prueba, pero también creo que convendría tener varios detalles con los participantes. Algo como dar una buena bolsa de corredor, por ejemplo, algo que no siempre acompaña, u organizar una pequeña comida o merienda después de la competición. Sin embargo, hay ocasiones en las que preferimos gastarnos el dinero en montar un circuito que, en teoría, impresionante, o circuitos que, según sus organizadores, son muy rápidos y permiten mejorar nuestras marcas, o presumir de una participación de lujo.

Varios atletas en la disputa de una prueba de campo a través.
Con el tema de los circuitos rápidos me llama la atención. Podemos hacer un circuito plano y con rectas, que como nos salga un día de lluvia, mucho frío, nieve o viento, me da que la cosa cambiará bastante. Para mejorar nuestras marcas debemos, primero, entrenar, y segundo, que salga un día apacible para poder hacerlo, y que el día de la carrera tengamos buenas sensaciones… Está claro que un circuito plan favorece, y muchísimo, mejorar nuestras marcas personales, pero hay que contar con muchos factores. Tampoco acabo de entender que haya pruebas que compitan por ser las más rápidas. ¿Por qué competir por eso? No lo comprendo, la verdad. Estamos hablando de una carrera donde salir a pasarlo bien. ¿Por qué centrarnos en decir que mi prueba es más rápida que la tuya? Éso supone que, en pruebas multitudinarias, los primeros tengan que correr mucho, pero mucho. Claro, luego resulta que vemos los tiempos de los primeros clasificados en las populares, y los tiempos son para echarse a temblar. Ritmos cercanos a los 3'05 en prubas de media maratón y maratón, por ejemplo. El ámbito popular permite ver a atletas que, aunque sin ganarse la vida, andan bastante bien, organizándose un poco los entrenamientos, y otros que corren un par de días a la semana. Por éso creo que los tiempos de los primeros clasificados deberían rondar los 3'20-3'30, como muy rápido. Y es que, si queremos hacer una carrera con atletas capaces de correr a ritmos de 3.05 en media maratón, creo que deberíamos empezar a plantearnos qué es lo que queremos, si una prueba popular o una prueba ya más seria, a un nivel no profesional, pero por lo menos federado, donde ya podamos ver a atletas de bastante nivel con otros de élite. Pero no veo lógico que se busquen ciertas marcas para pruebas populares o predominantemente populares.
San Silvestre de Zamora. (Foto: La Opinión de Zamora).
Algo que tampoco acabo de entender es el motivo por el cual muchos organizadores de carreras populares deciden que hay que dar premios en metálico a los primeros clasificados. ¿Por qué pagar por ganar en una prueba donde, supuestamente, compiten personas que corren para disfrutar y pasarlo bien? No entiendo por qué gastarnos ese dinero para los primeros clasificados, cuando podrían utilizarse para dar una amplia bolsa de corredor (no una manzana, una botella de agua y una camiseta) o para una merienda tras la competición. He visto carreras populares donde se pedían 10 euros para participar en la prueba, y resulta que había premios en metálico hasta no sé qué puesto. Vamos a ver, cuando hay dinero de por medio, los primeros clasificados tienen nivel, y además, bastante, quizá no sean profesionales, pero sí capaces de aguantar carreras de 10000 metros en 31'-32', o medias maratones en 1h04-1h05, para lo que hay que andar ya bastante tirando a mucho, y está claro que para ellos sí sale rentable pagar 10 euros, pues se acabarán llevando una cantidad económica. Para los que no sale rentable es para el atleta que va a correr a 3.40, 4'20 , 5'00 o 6'00 min/km. ¿Por qué, entonces, deben pagar ellos los premios económicos de los que tienen facultades o se entrenan para correr ritmos de 3.05-3.10 el mil? No lo entiendo, la verdad.
Carlos Castillejo.

Y supongo que parte del dinero que yo pago para mi inscripción se irá para el élite o los élite que la organización invita a su competición. Bueno, la verdad es que si hablamos de una competición popular con dinero para los primeros clasificados (ya he expresado mi opinión sobre ellas) entiendo que participen, invitados o no, y es más, vería lógico que, habiendo premios en metálico, salieran a competir, pero no entiendo por qué algunas organizaciones, queriendo hacer una prueba participativa, invitan a atletas de élite, sabiendo que serán ellos quienes ocupen los primeros puestos de la clasificación. En esta situación, opino lo mismo que opino con los ciclistas de competición que se dedican a ir a las marchas cicloturistas para “ganarlas”. Si te metes en una competición popular, donde vas a encontrar atletas que, por muy bien que entrenen, no lo harán de una forma tan seria, estricta o metódica como la hacen los profesionales, y desde luego, los ritmos poco tendrán que ver con los de los populares, por lo cual, yo doy mi opinión: hay que ganar a cada uno en su sitio. Si yo soy un atleta profesional o semi profesional, que entreno para lograr mínimas para ir a Nacionales o Europeos, por poner unos ejemplos de pruebas de nivel, no sé por qué nos tenemos que meter en pruebas donde nos vamos a juntar con atletas que corren, los más rápidos, a ritmos de 3.30, y, repito, esos son los ritmos que yo entiendo que deberían de ser con los que se ganan las carreras, pues entiendo que un atleta popular que entrene de una manera algo metódica (nada que ver con la de los profesionales) puede llegar a tocar esos ritmos, pero también veremos a gente que corre a 5.30 y 6.00 min/km. Cada uno tiene que competir con la gente de su nivel, por lo que me parece que los élite no deberían competir con los populares. Ojo, yo he coincidido con varios atletas profesionales en diferentes populares (Diana Martín, Roberto Alaiz, Marcos Peón, Chema Martínez, Jacqueline Martin, Ricardo Serrano, Jesús Antonio Núñez…) y soy el primero en pedirles una foto, pero, seamos realistas, ellos están en otra guerra. Ahora, engancho con el principio del párrafo. Me gustaría, por lo tanto, que el dinero que yo me gasto en la inscripción, la organización, de alguna forma, lo invierta en mi y en el resto de populares que vamos a formar parte de la carrera porque, no lo olvidemos, no dejamos de ser nosotros, todos los que corremos por placer, los que mantenemos las carreras populares.
Salida de la Media Maratón de Zamora del año 2012.
Y una cosa que me está impresionando es el auge que están teniendo las carreras populares, sobre todo ciertas carreras. Puedo entenderlo de algunas, como, por ejemplo, la Behobia-San Sebastián que, si no es la media con más solera de nuestro país, debe estar muy cerca, lo que hace que se haya convertido en la “media de las medias”, pero, sin embargo, no puedo entenderlo de otras con una creación relativamente nueva, ni tampoco de muchas de las medias y maratones de nuestro país. Me impresiona cómo pruebas como la San Silvestre de Salamanca, por poner un ejemplo que me queda cerca de casa, agotan sus inscripciones en apenas cuatro días, mientras que otras pruebas de su misma distancia se ven negros para llegar a los 100 inscritos y, al final, acaban desapareciendo. La verdad, creo que lo de la tradición en muchas ocasiones ha dejado de existir y hemos llegado a tener ciertas obsesiones, pues parece que abren las inscripciones con 5000, 6000 o 7000 dorsales y hay que apuntarse lo antes posible para evitar quedarnos fuera. ¡Por favor! ¿Los populares nos estamos volviendo chalados? ¿Qué nos ha dado para llegar a tener pruebas que superan incluso los 7000 atletas? Quizá hemos llegado a un momento de cierto “fanatismo”, el cual creo que llevamos arrastrando ya unos cuantos años, tampoco demasiados, pero unos cuantos, y ésto podría ser un motivo que algunos pueden aprovechar para organizar una prueba y, por lo menos, intentar sacar algo de dinero, lo también es relativo, pero bueno, por intentarlo que no quede. Hablando de tradición y participación, puestos a pensar en que hay que tener muchos atletas, qué queréis que os diga, os pongo el ejemplo de la Media Maratón de Zamora, que en 2016 cumplirá ya 32 años, siendo una de las pioneras de nuestro país, y no entiendo que tenga menos participación que otras de reciente creación y que, para colmo, incluso coinciden el mismo día. Pero bueno, podemos juntar pruebas con 30 años con otras de reciente creación, y parece que no sucede nada. Y si hablamos de tradición a la hora de participar, creo que éstos detalles conviene mirarlos.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.




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