domingo, 29 de noviembre de 2015

Pérdida del respeto a la maratón

Como todos sabemos, el atletismo a nivel popular está en pleno apogeo. Cada vez aumentan más los inscritos a las carreras populares, y cada vez hay más carreras de este tipo. A mi me parece genial que la gente se apunte a carreras populares, pero, las cosas como son, creo que el fanatismo nos está pudiendo con algunas pruebas, sobre todo con las de larga distancia, y no somos conscientes de hasta qué punto ésto puede perjudicar nuestra salud.
Participar en pruebas de maratón, donde estaremos corriendo durante muchísimo rato, puede ser muy perjudicial si no llegamos en las condiciones suficientes. Y esto de llegar en las condiciones adecuadas no significa solo haber seguido una preparación determinada para asaltar a los 42 kilómetros. Con esto también me refiero a que es necesario llevar una base previa de varios años y kilómetros de práctica, siguiendo una evolución lógica, antes de preparar el asalto a la maratón. Ésto se cumple en muchas personas, pero llevamos unos años en los cuales, tras la aparición de muchos nuevos atletas, que está sucediendo algo que no debería pasar, más que nada para evitar posibles sustos con nuestra salud. Me explico. Actualmente hay muchos atletas que salen a trotar y, por el mero hecho de hacerlo, se ven capacitados para completar carreras de maratón. Lo mismo sucede con atletas que llevan uno o dos años corriendo. No entiendo cómo nos cuesta tanto tirar de lógica, la verdad. Y es que a mi por lo menos me parece lógico que si salimos a trotar un par de días semanales estamos para correr carreras de 5 ó 10 kilómetros, pero no estamos para afrontar pruebas de larga distancia, como una media maratón, y mucho menos una maratón. Debemos seguir una escala lógica hasta llegar a estas pruebas. Si llevamos muchos años corriendo, pero nos limitamos a trotar algo durante un par de días o tres a la semana, debemos empezar a meter algo más de carrera y con un poquito más de volumen. Si llevamos poco tiempo corriendo, será mejor esperar unos cuantos años, compitiendo mucho en otro tipo de pruebas más cortas, y cuando hayamos creado ya una buena base con muchas competiciones de menos distancia y con muchos, pero muchos kilómetros en nuestras piernas, podemos empezar a plantearnos el asalto a la maratón.
Llevamos ya mucho tiempo viendo cómo en las pruebas ya no de maratón, sino de media maratón, se dan noticias sobre corredores que han sufrido problemas de salud, o que incluso han fallecido, a lo largo de la prueba. Es cierto que todos podemos tener un fallo en nuestro organismo, llevemos mucho o poco tiempo corriendo, seamos deportistas de toda la vida o unos “recién llegados”. Pero, por lo menos personalmente, me parece que es mucho más fácil que una persona sufra un problema de salud corriendo una media maratón o una maratón llevando corriendo solo un par de años que alguien que lleve corriendo treinta años, sencillamente porque el segundo es de esperar que estará mucho más preparado físicamente que quien lleve un par de años. No quiero decir con esto que el primero no tenga cualidades para el deporte, ni mucho menos, solo quiero decir que el segundo tiene mucha más base de kilómetros, competiciones y experiencia. Bueno, y ésto es casi más una suposición que otra cosa, supongo que alguien que no haya corrido nunca, pero haya hecho otros deportes de mucho fondo, como por ejemplo el ciclismo, necesitará posiblemente mucha más adaptación muscular, pero a nivel cardiovascular no necesitará tanta adaptación, por lo que lo mismo pueda reducir bastante el tiempo para poder participar en maratones, el fondo físico al fin y al cabo lo tiene. Pero, ojo, éso no quiere decir que pueda coger y saltarse algunas etapas, ésto es un proceso progresivo para todos, vengamos de llevar una vida sedentaria o vengamos de otros deportes. La diferencia está en que alguien que venga por ejemplo del ciclismo tendrá, como decía, mucho avanzado a nivel cardiovascular, pues es un deportista que tiene a su corazón acostumbrado a hacer deporte durante dos, tres, cuatro o cinco horas, y seguramente necesite seguir esa progresión para evitar lesiones musculares, pero el que viene de la vida sedentaria debe ir con más precaución para evitar lesiones musculares y problemas a nivel cardiovascular.
Por lo tanto, considero que le estamos perdiendo todo el respeto a la maratón. Nunca debemos afrontar ninguna prueba con miedo, y esta menos, pero sí debemos tener el justo respeto a las pruebas en las que vayamos a participar, sean de 1500 metros o de 42 kilómetros. Debemos salir pensando en cuáles son realmente nuestras aspiraciones en la competición, y en base a eso, ir controlándonos. Si creemos que estamos para ir rodando a 4.45 en la maratón, no podemos arrancar los primeros kilómetros a 4.30, porque, sí o sí, vamos a reventar. Igual que debemos ser conscientes de la importancia de un buen entrenamiento para correr los 42 kilómetros. La importancia de preparar de una forma adecuada cualquier prueba, y más cuando se trata de una tan larga como la maratón, es fundamental para poder llegar a meta, por lo menos, sanos y salvos. Yo soy partidario del uso de herramientas como el pulsómetro para poder saber en todo momento cómo va funcionando nuestro corazón. Lo recomendable sería poder hacernos una prueba de esfuerzo y en base a los datos que obtengamos, planificar los esfuerzos de las sesiones de entrenamiento, siguiéndolas por el pulsómetro. Actualmente podemos encontrar relojes que nos dan estos datos, y no hace falta gastarse los 200 ó 300 euros que pueda costarnos un GPS con pulsómetro y alguna otra historia, pues podemos encontrar relojes por unos 20 ó 30 euros que nos van a dar los parámetros suficientes para preparar nuestro asalto a la maratón. E igual de importante que veo la herramienta del pulsómetro para entrenar, veo a la figura del entrenador también como algo importantísimo. Creo que para hacer una maratón es muy conveniente que una persona con los conocimientos necesarios y cierta experiencia nos ayude a la hora de organizar nuestros entrenamientos. Algo muy generalizado entre los atletas populares es mirar planes de entrenamiento por Internet, revistas o libros y luego, cumplirlos. Estos planes son muy genéricos. Yo soy más partidario de que, para que haya una mejoría o sepamos organizarnos para preparar por lo menos pruebas de tan larga distancia, tengamos el apoyo de un entrenador. Como suele decirse, hablando se entiende la gente, y entre los dos, todo resultará mucho más fácil.
En resumidas cuentas, me gustaría que nosotros, los fondistas, nos paráramos a pensar sobre la forma más correcta de planificar nuestras competiciones, tanto a corto como a largo plazo, siguiendo un orden lógico hasta llegar a los 42 kilómetros de la maratón, y que nuestra salud está por delante de todo. Correr esa distancia mítica es factible, pero cuando hemos ido siguiendo una escala lógica, incrementando las distancias de competición y acoplando nuestros entrenamientos a ellas. Y que, aunque intentemos correr todo lo rápido que podamos en cada carrera, hay momentos en los que hay que tomarse las cosas con algo de calma. Al fin y al cabo, todo llega.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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