martes, 3 de enero de 2017

Empezando el año dando zancadas

Pues nada, nos hemos ventilado otro año. 2016 se acabó el sábado pasado a las doce de la noche. Un año que habrá sido completamente diferente para cada uno de nosotros. A lo largo del año que acabó hace tres días, habremos tenido días donde habremos acabado muy contentos con lo sucedido a lo largo de esas 24 horas, mientras que otros, ese espacio de tiempo se habrá hecho interminable, llegando a parecer que el día no llegaba nunca a su fin.

A nivel personal, el 2016 ha sido un año un tanto peculiar en varios aspectos, y del cual creo que he ido aprendiendo diferentes cosas. Comencé el año iniciando mi formación no reglada, lo que supe que se llamaba así al empezar el curso que durante tres meses me permitió, por un lado, conocer a nuevas personas vinculadas a la rama sanitaria, y por otro lado, seguir ampliando conocimientos dentro de dicha rama, algo que siempre es de agradecer. Finalizada esta parte, me puse con una nueva experiencia, la preparación de mis primeras oposiciones. No es algo sencillo y la verdad, he llegado a la conclusión de que, para poder aprobar una cosa de estas, se necesita ser muy, muy meticuloso, y ser capaz de memorizar un montón de datos. No sé cuál será el resultado, pero creo que estos meses preparando las oposiciones me pueden venir bastante bien para saber cómo es una cosa de estas, cómo se deben preparar, y llegar con más experiencia a otras ocasiones, algo que seguro que cuenta tanto como los conocimientos que se lleven guardados en la cabeza. Y para acabar el año formativo, el último viernes de 2016 comencé otro curso formativo que creo me puede venir fenomenal para seguir formándome. Creo que es muy importante que nos formemos, y que estos cursos de formación no reglada pueden venir genial para seguir adquiriendo conocimientos.

En lo deportivo, he tenido he seguido sumando sesiones de kilómetros, dejando bastante de lado las sesiones de series o cambios de ritmo. Me he centrado bastante en sumar kilómetros, unos días por sensaciones, otros días guiándome por el pulsómetro o el propio GPS, pero, al fin y al cabo, sumando kilómetros más o menos cómodos. He seguido probando conmigo a lo largo de estos 365 días, lo que me ha llevado a ir conociéndome un poquito más, y a estar lesionado durante prácticamente un par de meses (tan solo me faltó una semana para completar ese espacio de tiempo). En temas competitivos, he repetido en algunas pruebas y he conocido otras nuevas. Apenas he corrido en campo a través (solo Ávila), pero en carreras populares he debutado en alguna bastante interesante. De la carrera de Sardón de los Frailes guardo un recuerdo genial, un recorrido que, creo, me venía bastante bien y donde realmente puedo decir que disfruté muchísimo. En Becerril de Campos me tocó competir en la carrera que lleva el nombre de Mariano Haro, donde no tuve para nada malas sensaciones, pero el recorrido no se adaptó del todo a mi. Aun así, creo que hice un buen papel. De una carrera de la que no guardo un buen recuerdo es de la celebrada en Faramontanos de Tábara. Hubo muchos cambios de última hora y una medición del recorrido bastante errónea (inicialmente fueron ocho kilómetros; allí se nos dijo que por la lluvia caída, lo habían reducido a unos siete y medio, y finalmente corrimos seis kilómetros) y físicamente no me noté del todo bien, aunque he tenido días donde las sensaciones fueron bastante peores. Como carrera sufrida, podría recordar la de El Encinar, en Salamanca, un día donde las sensaciones no acompañaron para nada. Fueron 8000 metros con el pulso disparado desde el primer metro y en más de un momento pensé que no sería capaz de llegar a meta. Y como carrera donde haya mezclado sufrimiento y disfrute, sin duda, la carrera de La Zarza de Pumareda, también en Salamanca, una carrera muy bonita e interesante.

Y para cerrar el año, muchos habréis corrido la San Silvestre de Zamora. Sobre un recorrido de 3500 metros, los más rápidos fueron Alejandro González, en la categoría masculina, y Rosa Folgado, en la categoría femenina. En una edición bastante rápida y marcada por la lluvia (hubo varios resbalones y caídas), Zamora salió a la calle para despedir al 2016 dando zancadas. De entre los participantes, Diego Bravo sigue con su evolución como atleta, y se mantuvo siempre en el grupo cabecero, para finamente entrar en cuarta posición, siendo superado solamente por Alejandro González, Ángel Nieto y el veterano Fernando Lorenzo, un gran ejemplo de ilusión intacta tras varios años encadenando zancadas. Este año, como lleva siendo habitual desde hace alguna edición, tampoco estuve presente en la San Silvestre zamorana. Tanto por motivos personales como por el hecho de estar solamente haciendo rodajes, no tenía demasiado cuerpo para competir, menos en una prueba para cuya distancia sé que, por el ritmo que suele llevarse, no estoy ni de lejos para disputar. Mi cabeza seguía dándole vueltas a algunas situaciones vividas en el último mes, y que, por cierto, la carrera a pie me ha ayudado a superar, y por otro, era consciente de que, físicamente, estoy metiendo bastante volumen, pero solo eso, así que opté por esperarme hasta el cross de Ávila, que será el próximo 22 de enero, dándome así más tiempo para recuperarme tanto física como mentalmente.

Ávila será mi primera competición tras mi lesión. Será un test de unos 8500 metros para ver de dónde parto, para analizarme y ver cómo estoy para futuras competiciones. Quizá aun algo temprano, espero poder estar presente ene l Regional de cross. Este año allí me tocará correr 10.000 metros, y creo que, como suele decirse, “me darán hasta el DNI”. Tendré que salir con la única idea de acabar lo más entero posible. Ese circuito no es de los que mejor se me da, y si el primer año que corrí, donde creo recordar que corríamos algo menos de 5000 metros, las pasé canutas para acabar, haciendo más del doble de distancia, me puede pasar de todo. Pero bueno, habrá que intentar hacerlo lo más dignamente posible. Para seguir con objetivos competitivos, el fin de semana siguiente le he vuelto a echar el ojo a la carrera de Don Bosco, en Valladolid, una prueba que me encanta. Y, por ahora, son los únicos tres objetivos competitivos que me he marcado.

En lo que a los entrenamientos se refiere, comencé el año entrenando por tierras salmantinas. Rodando por la zona del estado de Salamanca, más conocido como el Helmántico, completé la tirada larga de la semana, 17 kilómetros justos en 1h15'47”, a 4'27 min/km y 164 pulsaciones (llevo entrenando con pulsómetro desde finales de la pasada semana). El lunes comencé la semana con un rodaje por la zona de Cabañales, una de mis vueltas favoritas, completándolo en 57'58, a 4'28 min/km y 162 pulsaciones medias. Un día en el que tuve bastante buenas sensaciones. Siguiendo, hoy tocó ir a rodar para la zona del carril bici, acabando con un total de 14 kilómetros justos en 1h03'05”, a 4'30 min/km y 162 pulsaciones medias. Por ahora, aun me faltan un par de semanas para acabar los dos primeros meses del plan. Toca ir valorando y ver si, una vez completados estos días, toca comenzar de nuevo con las series, o me hago un poco más conservador y sigo haciendo “la base” un mes más, como dicen los ciclistas.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

No hay comentarios: