martes, 2 de junio de 2009

Leyenda del Lago de Sanabria

Os voy a contar una leyenda de un lugar zamorano muy conocido: el Lago de Sanabria

Hace muchos años, donde hoy está el famoso Lago de Sanabria había un pueblo. El nobmre de este pueblo era Valverde de Lucerna. La gente de este lugar no era lo que se dice buena, ya que era egoísta , y poco solidaria y caritativa.
La noche previa a San Juan, una noche muy lluviosa, por cierto, llegó a este pueblo un peregrino. Fue preguntando en las casas si podrían darle un poco de comida y agua, puesto que estaba hambriento. Una persona le dijo:
-¿Eres un peregrino?..Pues continua tu camino.
El peregrino no tuvo otra opción que seguir andando. Cayó al suelo tres veces. También estuvo en otras casas, pero nadie le quería dar nada.
Ya cuando estaba casi a las afueras del pueblo, se econtró con una panadería, en la que había unas mujeres cociendo el pan. El peregrino pidió permiso para entrar; las señoras dijeron que sí. El peregrino se secó al horno de leña. Las señoras decidieron hacerle un pequeño pan para que comiera algo. Elaboraron la masa, y lo metieron en el horno. El pan creció tanto que no lo podían sacar del horno. Lo cortaron y, finalmente, salió. Se lo dieron al peregrino. Por este gesto que ninguna otra persona había hecho por él, dijo:
-Gracias por socorrerme realmente solo vosotras sois dignas de ser salvadas en este pueblo, seguir en el horno y no salgáis esta noche. Voy a castigar a este pueblo, que no se acuerda cuando están con el estomago lleno y calentándose a la lumbre de los que pasan hambre y frío.
El hombre se despide de las mujeres recordándoles que se queden en el horno, una vez que ha llegado a las afueras del pueblo pronuncia esta frase, "Aquí clavo mi bastón, aquí brote un gargallón".
En ese mismo lugar comenzó a salir agua. Pocas horas después, este pueblo quedó inundado.
Al día siguiente, en Valverde de Lucerna brillaba el sol, y el pueblo no se veía, solo se veía una pequeña isla en el lugar donde estaba el horno de leña sobresale del agua.
Una vez, un señor, con ayuda de una pareja de bueyes Redondo y Bragado intenta sacar del fondo de lago las dos campanas de la iglesia, consigue sacar una pero la otra permanece en el fondo del lago.
Se dice que, el día de San Juan, se oyen las campanas de la Iglesia de este pueblo.

3 comentarios:

Alejandro dijo...

Hola. Os quería comentar que hoy je tenido una excursión a Sanabria y alrededores y a quizás mañana ponga de esta excursión.

Admin dijo...

Que respeto da el lago. La ultima vez que estuve me sorprendió, como tambien lo hizo donde busque información para planificar mi viaje Lago de Sanabria. Un saludo

Alejandro dijo...

Tienes razón, Adrian, en que el Lago de Sanabria sorprende mucho. Es un lugar muy hermoso.