jueves, 18 de diciembre de 2014

Jóvenes promesas, doping y demás historias


Hoy remoto un tema del que ya he hablado en más ocasiones, pero el cual creo que es fundamental par el futuro de nuestro deporte, y es el de la formación de los niños en los deportes y la promoción de algunos como el ciclismo, el atletismo o el triatlón, que tanto auge está teniendo en los últimos años pero solamente por gente más o menos mayor, mientras que nuestros pequeños prefieren, por norma general, otros como el fútbol o parecidos simplemente porque se les da mayor repercusión en los medios de comunicación. Me voy a centrar en el atletismo y el ciclismo porque son los deportes en los que más metido estoy; el triatlón no lo tocaré porque no entiendo prácticamente nada de él y, además, los otros deportes vienen incluidos en él.
El mundo del ciclismo y el atletismo, creo que por desgracia, muchas veces no está bien visto por muchas personas no relacionadas con las zapatillas o los pedales. Y, personalmente, no me extraña. Y es que siempre nos sucede lo mismo, creo que tenemos una falta de unión que luego repercute en todo. Miramos por nuestros intereses personales, pensando que "bueno, si a mi no me pasa..." y solamente nos preocupamos cuando realmente nos vemos involucrados en temas serios. Ése problema de unión tiene muchas secuelas que todos conocemos y de las cuales parece ser que no queremos saber nada. Y muchas veces de ahí vienen todos los comentarios que aparecen en los medios de comunicación, dando en algunas ocasiones informaciones que solamente manchan nuestra imagen hablando sobre positivos o temas relacionados con el doping. Pero, como siempre, pensamos solo para nosotros y "mientras a mi no me pille..." Esas noticias pasan al espectador que no está metido en el mundillo, ¿y qué piensa? Sencilla resputa: "esos ciclistas siempre igual, se meten de todo". "Claro, correr maratones es solo para gente dopada". Y eso se va extendiendo de unos a otros, por el boca a boca, con comentarios casi sin sentido. Y todos sabemos dónde y en quién repercute eso: en el deporte y en el deportista. Pero yo, personalmente, tengo la sensación de que éso nos da un poco igual, pasamos del tema. Está claro que hay un número de deportistas en el ciclismo y el atletismo que, por diferentes motivos (ansias de ganar, presiones por parte de diferentes personas o de él mismo para lograr una determinada marca o un determinado puesto para lograr entrar entre los que van a ir a una carrera importante) toman sustancias prohibidas, lo cual no quiere decir que sea legal. Al deportista, y ahora cuando digo deportista me refiero a todos (atletas, ciclistas, triatletas, futbolistas, tenistas...) deben ser sancionados duramente, éso está claro, por lograr el puesto que haya sido mediante una mentira, pero lo que no veo ni medio normal es que se le de tanta repercusión en los medios. ¿Por qué no centrarnos en lo puramente deportivo en el tema competitivo, es decir, en temas de puestos, victorias... como se hace en el fútbol, por ejemplo? ¿Por qué no hablar lo justo y necesario del doping? ¿Qué pasa, que en el fútbol solo interesa hablar de resultados positivos cuando se trata de partidos de fútbol, y en el ciclismo o el atletismo solo hablamos de resultados positivos cuando es dopaje? Pues a la última pregunta yo casi respondería que sí. ¿Y esto es solo culpa de los medios? ¿O nosotros tenemos algún inconveniente? Sí, y vuelvo a lo de antes: no sabemos unirnos y si a esto le juntamos que tampoco sabemos vendernos, estamos llamados al olvido. Y esto repercute en que nuestros pequeños no quieran meterse en estos deportes, o más bien no les dejen. ¡No me extraña! Con las noticias que se publican en los periódicos hablando solo de fútbol y un apartado muy pequeño sobre otros deportes, y un apartado aun más pequeño sobre ciclismo y atletismo, lo normal es que tiendan a marcharse a otros deportes.
Creo que sí vale la pena luchar porque nuestros peques vengan a correr o a montar en bicicleta. Este mundillo es una escuela de formación constante, nunca paras de aprender cosas nuevas no solo para tus entrenamientos sino para tu vida normal, y éso muchas veces no se aprecia. No digo que el deporte rey en nuestro país no de unos valores, pero, desde mi punto de vista, estos dos deportes dan unos que realmente van a servirnos. El trabajar duro durante tres o cuatro meses para una maratón, entrenando 100, 120, 150 o incluso más kilómetros semanales para una maratón o echar horas y horas sobre la bicicleta a menos de cero grados o con lluvia o con niebla para poder llegar bien a nuestro principal objetivo de la temporada, ponernos en invierno a hacer la base con todo el frío que hace, o ponernos a preparar carreras como las maratones en julio puede ser para echarnos a temblar, y un ciclista o un atleta lo hace. También es toda una experiencia correr un cross bajo la lluvia, llenándote de barro hasta las cejas, o competir en una prueba de ciclocross, donde las características son muy parecidas respecto a las pruebas de cross en atletismo, o hacer marchas cicloturistas como la Quebrantahuesos o la Pedro Delgado te dan una capacidad de sufrimiento IMPRESIONANTE. Y todo estos valores de sufrimiento, constancia, superación... que nos darán el ciclismo y el atletismo debemos tranmitirlos a nuestros peques, y debemos intentar concienciarles de que aquí van a disfrutar tanto como jugando al fútbol metidos en un pabellón con calefacción. Pero está claro que sin unión entre los deportistas nunca lograremos nada.
Hablando de la formación de nuestros peques, es algo realmente complicado. Hay quien dice que los buenos entrenadores deben estar con los niños, y es verdad. Lograr que no se quemen, saber controlarlos o conseguir que aprendan a disfrutar jugando a ser deportistas es muy, muy complicado. Desde mi punto de vista, no debemos dejar que nuestros niños pequeños se piquen en exceso son las carreras, algo que sí es relativamente fácil, y no debemos presionarles nunca a ganar. Creo que lo que se debería lograr en las primeras etapas de la formación es que los chavales tengan el hábito de ir a entrenar los días marcados para ello y que hagan lo que su entrenador les marque. Éso yo lo valoro como algo fundamental, pues si tienen el hábito de entrenar y hacer caso al entrenador tienen muchísimo adelantado. Pero no debemos echarles la bronca por no ir a entrenar o pararse en los entrenos, se trata de que, a través del diálogo, logremos convencerles de cómo hay que hacer las cosas. Luego ya dentro de los entrenamientos dirigidos por el entrenador, creo que es muy importante que se les hagan ejercicios de técnica para evitar "vicios" que a lo mejor en ese momento no, pero un futuro puede jugar malas pasadas. Saber colocar los brazos, dar bien las zancadas, saber manejar los cambios de la bici, mantener en ella el equilibrio... Se trata de que cogan toda la habilidad posible, y es que cuanto más pequeño se es más fácil es aprender todo éso que luego tanto les ayudará para su vida deportiva. Aquí es donde se crea la base de la vida deportiva del niño en cuestión. Algo que yo, personalmente, también catalogo de muy importante es que no podemos presionar a los niños a ganar. Hay personas que ven que creen tener un Indurain o un Bekele en casa, y no están equivocados, puede que el chaval tenga muchas cualidades, pero no se puede pretender que si en Benjamin le presionamos a que gane vaya a llegar a Juvenil sin odiar el deporte; lo más probable es que nos mande a donde todos sabemos y deje de competir. Todos conocemos casos de chavales que de muy, muy jóvenes ganaban todos, se les presionó más de la cuenta y acabaron quemados de deporte, o yo por lo menos conozco algunos casos. La competición a estas edades debe ser, sin más, un entrenamiento, seguramente más rápido y duro que los habituales, pero un entrenamiento, y debemos felicitar a nuestros chavales por el puesto logrado, hayan ganado o hayan entrado los últimos, lo importante es no quemarlos y no desanimarlos, luego ya el entrenador se encargara de que mejoren. Solo con el tiempo y el paso por diferentes categorías permitirá empezar a macar objetivos competitivos a los atletas, pero debemos tener la paciencia suficiente como para esperar a ese momento.
Sobre los entrenadores, y aunque quizá yo no soy el más apropiado para decirlo pues, como he comentado muchas veces, entreno en plan autodidacta, haciendo yo mis planes de entrenamiento, creo que son fundamentales para los más pequeños. Comentaba antes que los buenos entrenadores deberían estar con los más jóvenes. Realmente creo que eso es muy importante. Es complicado organizar todas las actividades de estos chavales. El buen entrenador, desde mi punto de vista, tiene que reunir un par de requisitos fundamentales. Por un lado, tener una buena cualificación en tema de estudios, pues muchas veces la teoría puede ser fácil de aplicar pero debemos saber por qué hay que aplicarla; ésto es como las matemáticas, conviene haberse leído antes cómo se hacen las ecuaciones para luego ponernos a hacerlas, seguro que nos resulta más fácil saber las instrucciones si las hemos leído previamente que no escuchar las fórmulas y ponernos a hacerlas sin más. Pero igual de importante, desde mi punto de vista, es la experiencia que pueda tener el entrenador como deportista. "El que ha sido cocinero antes que fraile..." como dice el refrán. Creo que el entrenador debe haber sido antes deportista de competición dentro del deporte en el que va a entrenar. Hace unos cuantos años dentro del mundo del ciclismo normalmente los directores habían sido anteriormente profesionales, con mejor o peor trayectoria, pero profesionales, hasta que llegó la ONCE con Manolo Saiz al frente, que venía de hacer INEF, pero también había competido en su deporte, lo cual demuestra que haciendo las dos cosas pueden lograrse resultados bastante buenos. No hace falta llegar a la élite del atletismo o el ciclismo para lograr buenos resultados, pero sí es fundamental la experiencia que el entrenador tenga como deportista, y cuantos más años haya estado compitiendo será mejor a la hora de transmitir conocimientos a sus jóvenes pupilos. Y hablando de entrenadores, aprovecho para poner un buen ejemplo sobre llevar bien a los pupilos. Alguien que supo llevar esto muy bien fue José Miguel Echávarri, director de varios ciclistas que estuvieron en la élite, gente como Miguel Indurain, Ángel Arroyo, Chente, Pedro Delgado... Sabía cómo exprimir a sus ciclistas para que, una vez formados dentro del mundo profesional, supieran dar todo lo que llevaran dentro, bien como líderes o bien como gregarios. Ahí está el ejemplo de Miguel, a quien hizo retirarse en su primer Tour de Francia, o llevándolo en alguna ocasión de gregario de Pedro Delgado hasta que estuvo lo suficientemente maduro como para llevar los mandos del Banesto. Si eso se hace con un portento de la naturaleza como era Miguel Indurain, ¿nos hacemos una idea de cómo debemos llevar la progresión de los más pequeños? Para pensar bien.
Para acabar el artículo, me gustaría hacer una pequeña reflexión. No queramos tener fondistas antes de tiempo, dejemos a los pequeños que vayan quemando etapas en la pista con carreras de medio fondo y luego en el cross para que luego puedan ser grandes fondistas, pero ante todo buenos atletas. En la pista uno sabe cuál es realmente su estado de forma, el atleta coge mucha técnica y mucha velocidad y, además, hay varias pruebas para que el futuro fondista pueda elegir, desde 1500 hasta 3000 obstáculos. Maratonianos como Abel Antón o Martin Fiz destacaron en pruebas de cross o 1500, y acabaron corriendo los 42195 metros de la prueba reina del atletismo de fondo. Dejemos que nuestros pequeños compitan en varias pruebas de cross y de pista antes de que se pasen al asfalto, seguro que lo agradecen.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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