viernes, 10 de agosto de 2012

Cuidado de la bicicleta


Según vayamos pasando tiempo con nuestra bicicleta, iremos captando los “ruidillos” que le aparezcan e intentaremos ser capaces de detectarlos. Habrá que investigar cualquier sospecha. Siempre que tengamos dudas o no sepamos arreglarlo, lo más conveniente es acudir a un mecánico especializado.

A la hora de mantener nuestra bicicleta habrá que tener en cuenta la actitud. Necesitaremos paciencia y capacidad de análisis, factores que nos serán de gran ayuda. Tener prisa, ver que algo no nos sale y enfadarnos, o no entender  lo que le pasa a la bici puede costarnos demasiado tiempo y dinero. Si vemos que no nos sale a la primera, será mejor probar varias veces hasta conseguirlo.

Habrá que tener cuidado con las herramientas, sabiendo que son las adecuadas para cada momento. No debemos apretar demasiado los tornillos pequeños, y de no dañarlos. Algunos componentes deben estar bien apretados, puesto que, de no ser así, se irán aflojando según vaya pasando el tiempo.

Si no estamos seguros de cómo apretar el componente con el que estemos, será mejor pedir consejo o acudir a alguien que entienda del asunto para que nos lo explique. Pero no hace falta preocuparse, puesto que, según vaya pasando el tiempo, iremos adquiriendo experiencia y podremos saber con más facilidad qué es exactamente lo que le pasa a la bici.

Respecto al lugar de trabajo, es importante que tengamos un buen lugar para poder arreglar nuestra bicicleta, que esté bien iluminado y que tenga espacio para dejarnos mover. Si somos afortunados (esto no suele suceder) tendremos un lugar reservado en nuestra casa o en el garaje o la cocina. Necesitaremos un banco de trabajo y un tablero en la pared pintado de blanco, con clavos para colgar herramientas y sus respectivos perfiles para saber dónde va cada una. Pero si no tenemos un lugar fijo para arreglar nuestra bicicleta, con una caja de herramientas donde poder guardar todo nos será más que suficiente.  Un soporte nos ayudará mucho. La bici quedará sujeta a una altura adecuada. Así sabremos qué le pasa. Si este soporte puede levantar ambas ruedas, mejor. Pero, si solo tenemos uno de los que levantan una de las dos ruedas, tampoco pasa nada. Debemos tener mucha precaución para agarrar la bicicleta, sobre todo en las soldaduras. Un punto muy común para agarrarla es por la tija del sillín, puesto que es un lugar muy seguro. También una bomba de aire nos ahorrará mucho trabajo a la hora de hinchar las ruedas a presiones altas, sobre todo si tiene manómetro integrado. Las bombas de aire que están sujetas al cuadro tienden a dañar las válvulas y no suele ser fácil conseguir la presión deseada con ellas.

Cuando usamos la bici de forma regular, habrá que mirar ciertos componentes de la “burra” para evitar posibles daños. Debemos sustituir todas las piezas que tengan desgaste, engrasarlas con grasa limpia y ajustar los componentes cuidadosamente para que las piezas no vallen al cabo de un tiempo.

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