jueves, 16 de abril de 2015

Entrenos


Hoy me pongo a escribir estas líneas con diferentes sensaciones sobre el entrenamiento de hoy. Como ya había comentado, tenía en mente hacer unas series en pirámide, las cuales finalmente no he completado, decantándome por rodar. Ahí está el sabor amargo del entrenamiento. Por lo menos, me he notado cómodo y me ha servido para cumplir una parte de lo que tenía pensado, aunque no haya conseguido otras.
Hoy era un día en el que me notaba especialmente cargado y lo que necesitaba era despejarme. ¿Y qué mejor manera de hacerlo corriendo? Así, decidí que cambiaría un poquito el entrenamiento y me iría a rodar un rato a orillas del Duero y la zona del Puente de los Poetas, para luego acabar lo que faltaba en el circuito de las series largas a orillas del Duero, por donde me acompañó un rato mi hermano (por cierto, cuando digo que tengo el rival en casa es por algo... el tío venía conmigo rodando a 3'58-4'00 el mil) y las pistas de atletismo. Así, completé un total de algo más de 14.5 kilómetros en 1h'02'09", a 4.15 min/km y 157 pulsaciones medias. Hoy he vuelto a observar que el Garmin no mide bien en la pista, pues pasé de ir rodando sobre los 4'05 que iba cuando entré a 3'50 rodando al mismo pulso, por lo que la distancia de hoy no es muy fiable. Por el resto, pues no ha estado mal, una sesión de rodaje disfrutando del paisaje, prestando atención al pulso para mantenerme entre las 155 y las 160 pulsaciones.  En lo que a las sensaciones respecta, la verdad es que no he ido mal del todo.
Ahora, toca seguir entrenando para los próximos objetivos. Por ahora, aun quedan dos días de entrenamientos esta semana, en los que me dedicaré a sumar unos pocos kilómetros a ritmo muy suave. Luego, la semana que viene, tocará volver a mentalizarse de que hay que hacer tres sesiones de calidad, antes de bajar el pistón de cara a El Salvador. La semana que viene tocará hacer sesiones de rodaje más cortas, de 10 kilómetros, salvo la del domingo, que será la tirada larga y habrá que hacer 70 minutos. El resto, el martes volverán a tocar cuestas y el jueves un entreno de series largas a buen ritmo. Y el resto de los días, lo dicho antes, 10 kilómetros, salvo el viernes que descanso y el domingo que es la tirada larga de la semana.
En lo que respecta a esta semana, hasta ahora llevo 50 kilómetros, más o menos a una media de 12,5 cada día. El lunes fueron 11, el martes 13,6, el miércoles 11 y hoy, algo más de 14,6. En un principio este fin de semana, como comenté más arriba, me dedicaré solo a rodar. El domingo fijo haré una salidilla de 15 kilómetros. La cosa está en ver qué hago mañana, pues esta semana cambio el día de descanso de nuevo al sábado. En un principio haré el mismo entreno que el domingo. Eso sí, iré al ritmo que me pida el cuerpo. Creo que tan importante es de vez en cuando meter entrenamientos donde controlemos el ritmo por el GPS como escuchar a nuestro cuerpo. Ahora creo que los kilómetros no son problema, pero el ritmo me lo van a marcar las piernas. Aunque saldré con la idea de ir a 4.30 (sin pulsómetro, que sino me pico mucho), dejaré que sean las piernas las que digan si es a 4'10 o a 4'30.
Y como comentaba ayer, últimamente se me están juntando muchos recuerdos en la cabeza. La verdad en muchos de ellos, al igual que en muchos sentimientos, nunca me había fijado. Hoy mientras rodaba recordé muchas situaciones vividas a orillas del Duero junto a mi compañero Steven, los muchos piques que nos trajimos por allí. Coincidí en la pista con Ángel y Marco, dos atletas con los que he competido en alguna ocasión y nos hemos traído nuestros duelos, otro buen momento para recordar viejas historias de una época que no es, ni mucho menos, lejana. Una época en la que creo que disfruté de la competición y a la que ahora estoy intentando volver, pero creo que por un camino que no es el acertado. Como todo, me tocará ir aprendiendo. Solo espero, y pido una vez más, que nada me aparte del deporte. Creo que más o menos tengo asumido que, tarde o temprano, voy a tener que dejar de correr. Temo ese día, es cierto. Lo temo porque no sé qué pasará después, si, por unas circunstancias u otras, podré seguir haciendo deporte. No me gustaría apartarme de algo que tanto me gusta. Aunque soy muy exquisito, pues solo me gustan un puñado de ellos (carrera a pie y ciclismo, uno es masoca, le gusta sufrir...) debo decir que han aportado a mi vida mucho, muchísimo más de lo que yo esperaba y, siendo sincero, creo que no podré devolverle ni la mitad de lo que me ha dado. Reconozco que si llega el día de tener que dejar de correr, algo que yo espero no suceda, me gustaría poder dedicarme al ciclismo igual que me he dedicado a la carrera a pie. No me gusta montar en bici para salir a pasear, sino para llegar a casa diciendo "he hecho algo". Sí, me gusta sufrir dando pedales, la verdad. Y me gustaría hacer cicloturistas duras, también. Pero, por ahora, como decía la canción de Miguel Ríos, "mientras que el cuerpo aguante..." yo seguiré corriendo.
Y con este párrafo acabo. Esta tarde vi algo que me gustó mucho, más bien me encantó. Me gusta tratar con los niños pequeños que hacen deporte porque hay que mimarlos para que sigan y nos den el relevo. Lo que esta tarde me sucedió me encantó. Vi ilusión en la cara de uno de los niños de Teo. Ilusión por algo que nunca me había pasado, y era por seguirme mientras entrenaba. Ese niño que salió disparado a por mi ya me lo había hecho otra vez, con la misma cara de ilusión. Ese niño, de doce años, era mi hermano. Hoy coincidimos, él por un camino y yo por el otro y, ni corto ni perezoso, y después de haberse dado una paliza curiosa con un buen calentamiento y unas cuantas series, cruzó y se vino rodando conmigo. Las series se le dan genial, pero rodar aun le cuesta un poquito. Eso creía yo, vamos. Me sorprendió rodando conmigo en un tramo en el que iba algo más vivo, a 4.00 min/km. "Vamos, vamos, no te me quedes, que entramos juntos en la pista..." Al final el esfuerzo que llevaba de antes le jugó una mala pasada y tuvo que frenar. "Tira, tira... qué paliza llevo". Vi ilusión en su cara, igual que la vi hace unos pocos de meses cuando estuvo echándome una mano en un entreno de series de 1000, tirando de mi los primeros 200 metros. A ver si entre todos conseguimos mantener esa ilusión que hoy le he visto y puede llegar lejos en el atletismo. Unos estamos ya más o menos perdidos, pero gente como él aun tienen muchísimo futuro por delante. ¿Entrenar juntos? Aun debe aguantar un pelín más con Teo... pero espero poder seguir corriendo para que me de leña entrenando... y compitiendo. Y es que me preocupa esto de tener al enemigo en casa...
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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