martes, 1 de septiembre de 2015

Sufriendo por Valorio

Aquí estoy otra vez, para contar cómo ha ido el entrenamiento de series de hoy y, además, intentar hablar sobre alguna otra historieta relacionada con el deporte. ¿Qué saldrá?
Tras la sesión de rodaje cómo de ayer, hoy tocaba atarse las zapatillas para sufrir un poco con una combinación de series que llevaba tiempo queriendo hacer. Así, me fui calentando hasta Valorio para completar los primeros cinco kilómetros de calentamiento a ritmo cómodo. Completada la primera parte del entrenamiento, tocó ponerse manos (¿o zapatillas?) a la obra con la parte dura de la sesión: 500-3000-2000-1000-500, dejando de recuperación un minuto y medio entre el 500 y el 3000, tres minutos entre las series largas y otro minuto y medio entre el 1000 y el 500. Para soltar tocaban un par de kilómetros cómodos. Así, he completado 14 kilómetros  justos en 56'43", a 4.03 min/km y 164 pulsaciones medias. Debo reconocer que, aunque ha tocado sufrir, ha sido uno de esos días en los que las sensaciones han acompañado durante las series, algo que se agradece en una sesión dura como la de hoy. Los tiempos, aunque mejorables, no han estado mal, teniendo en cuenta que aun estamos a principios de temporada. Fueron: 1'40-10'31-7'09-3'34-1'38. El tiempo del 500 era lo que tenía en mente, pero el del 3000 sí me llamó la atención, no me esperaba hacer esa distancia a 3.30. Claro, luego lo pagué en las otras dos largas. No hubiera estado mal hacer el 3000, el 2000 y el 1000 a ese ritmo, pero bueno, no me quedé demasiado lejos de los ansiados 3.30. Sobre el último 500, lo hice en el sentido contrario al resto de las series, aprovechando así un tramo en bajada. Cuando hago las series por Valorio, voy al circuito de 1500 metros que descubrí hace ya tiempo, cuando entrenaba con Teo, que tiene la mitad en una ligera subida y el resto en una ligera bajada. Siempre las hago en el mismo sentido, pero hoy me decidí por hacer ese último 500 al revés porque me pillaba toda una recta en bajada por camino bueno (la otra parte en bajada que correspondería de haber hecho el circuito en el sentido habitual tiene alguna piedra), bajando así un par de segundos respecto a la primera serie de esa distancia, así que me puedo dar por contento. Viendo los datos del Garmin en el ordenador, el pulso máximo ha sido de 189 pulsaciones. Siempre viene bien, o eso creo, tocar pulsaciones altas, pues rodando al final siempre vamos, un poco arriba un poco abajo, en las mismas pulsaciones, y entrenamientos como el de hoy permiten llegar a unas pulsaciones mucho más altas, lo que, tras varias sesiones así, acaba provocando una mejora importante en nuestro estado de forma. 
Debo reconocer que con el paso de los entrenamientos, me estoy notando cada vez con más ganas de entrenar. Esto supongo que será bueno. Cada día me voy notando un poquito mejor y con más ganas de entrenar. Por ahora, me dedicaré a seguir así, entrenando, intentando seguir el plan de entrenamiento marcado, con series, cuestas y rodajes. Lo de competir, pues bueno, por ahora parece que no acabo de cogerle el gusto. Me gusta ir un poco a contracorriente, vale. Ahora hago series y no compito, pero luego, no hago series y compito... Siempre a contracorriente. Quizá he intentado ponerme metas demasiado altas, queriendo empezar la casa por el tejado. ¿Y si me centro en coger algo de forma y lo de competir lo dejo para otro rato? O quizá, no lo sé, mi cabeza no quiere meterse ya en esos embolados de competiciones y se conforma con alguna zurra fuerte por Valorio y los piques con los compañeros. Quién sabe, si lo mismo hasta voy a tener razón con esto de que la vejez deportiva me haya llegado antes de tiempo. Me fijo en los compañeros con los que habitualmente salía en bici y cuanto más mayores eran, iban prefiriendo más darse la zurra los fines de semana solo con la grupeta que participar en cicoturistas o competiciones máster. Pero, claro, hablamos de gente que, por norma general, ya suelen superar los 45 años, estando más cerca de los 50 y los 55 los más mayores. Claro, también hay gente de 30-35, que son los más competitivos, y alguna excepción que, con más de 45, sigue compitiendo en máster. Pero, por norma general, a mayor edad, más ganas de dar caña solo con la grupeta y menos en competición. Pues algo así me debe estar pasando a mi. Pero, y si con mi edad estoy así, solo queriendo sudar la gota gorda entrenando, ¿cómo estaré cuando llegue a los 50 años? Lo mismo sigo a contracorriente y la vena competitiva me aparece a los 50... En fin, que en ocasiones tengo la sensación de ser de lo más peculiar.

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